España, Francia, Italia y Portugal se unen ante la reforma del vino

Piden mayor producción y apoyo a las ventas y la defensa de las denominaciones de origen

España, Francia, Italia y Portugal han suscrito un documento de mínimos con vistas a las próximas negociaciones en Bruselas para la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del vino. La revisión de la reforma se quiere sustentar sobre cuatro ejes: mejora y adaptación del potencial productivo, regulación del mercado y gestión de crisis, apoyo a la comercialización y defensa de las denominaciones de calidad con indicación geográfica.

Los cuatro países del sur de la UE generan en la actualidad más del 80% de la producción de vino comunitario, que en la última campaña fue de 178 mi...

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España, Francia, Italia y Portugal han suscrito un documento de mínimos con vistas a las próximas negociaciones en Bruselas para la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del vino. La revisión de la reforma se quiere sustentar sobre cuatro ejes: mejora y adaptación del potencial productivo, regulación del mercado y gestión de crisis, apoyo a la comercialización y defensa de las denominaciones de calidad con indicación geográfica.

Los cuatro países del sur de la UE generan en la actualidad más del 80% de la producción de vino comunitario, que en la última campaña fue de 178 millones de hectolitros, por lo que parece imposible aprobar una reforma que no cuente con su apoyo.

Este compromiso de mínimos no entra a definir las cuestiones más concretas de la reforma como distribución de fondos, pero marca una serie de pautas básicas. Todos los países están de acuerdo en mantener una unidad de mercado con actuaciones homogéneas para todos los Estados sin renunciar a la distribución de una parte de las ayudas mediante un cheque nacional.

Frente al aumento de las importaciones desde terceros países y el estancamiento de las exportaciones, se aboga por destinar más recursos para el funcionamiento de los mercados y aumentar la venta de vino. Desde este planteamiento, se apoya el mantenimiento de las actuaciones de destilación para la obtención de alcohol para uso de boca, así como para los mostos. Aunque se trata de una transformación o eliminación del vino con un coste importante, se estima que se trata de productos para los que existe una demanda.

Los cuatro países se muestran partidarios de mantener los controles y las exigencias en las denominaciones de origen como productos de máxima calidad. Pero, junto a ese segmento de vinos, se aboga por el desarrollo de otra oferta. Entre ellos están los vinos de mesa, los de la tierra o los tratados con virutas para competir en los mercados internacionales con tipos de vinos de calidad similar, de acuerdo con las prácticas enológicas autorizadas.

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