Para mayorías

Del free jazz se decía en los sesenta que era música en la que cada cual va a lo suyo sin importarle lo que ocurre a su lado; por eso, se decía, apenas había grupos free. En 1999 hicieron su aparición cinco muchachos escandinavos reinventando el género desde una perspectiva novedosa de grupo. Free jazz para los nuevos tiempos y las nuevas audiencias y con el respaldo de un sello multinacional.

Atomic predica su free para mayorías entre quienes nunca oyeron a Albert Ayler u Ornette Coleman y, a diferencia de los precedentes, conecta con la audiencia. Lo hizo e...

Del free jazz se decía en los sesenta que era música en la que cada cual va a lo suyo sin importarle lo que ocurre a su lado; por eso, se decía, apenas había grupos free. En 1999 hicieron su aparición cinco muchachos escandinavos reinventando el género desde una perspectiva novedosa de grupo. Free jazz para los nuevos tiempos y las nuevas audiencias y con el respaldo de un sello multinacional.

Atomic predica su free para mayorías entre quienes nunca oyeron a Albert Ayler u Ornette Coleman y, a diferencia de los precedentes, conecta con la audiencia. Lo hizo el viernes. No hizo cosa que no hayamos oído antes y, sin embargo, algo hay del quinteto sueco / noruego que le distingue; Atomic lo da todo sobre el escenario. Su entrega a la causa es absoluta; su honestidad, incuestionable. Atomic es, y seguirá siendo, un conjunto acústico. Y toca free, aunque tenga un guión y un repertorio. En su concierto del viernes interpretó los temas que se incluyen en el nuevo disco del quinteto, Happy new ears!, próximo a ver la luz en nuestro país. Un disco esencialmente continuista y muy recomendable.