Pedro Juan Gutiérrez novela la cotidianidad de la revolución cubana

"En mis libros siempre está presente la misma obsesión. Son el resultado de un estudio antropológico, hecho desde dentro, sobre la pobreza. ¿Por qué tienes que prostituirte para ganar un dólar? ¿Por qué debes actuar como un pícaro para sobrevivir? Éstas son las preguntas que me hago una y otra vez", explicó hace unos días el escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, 1950) en la presentación de su nueva novela, El nido de la serpiente (Anagrama). El autor recupera de nuevo a su sosias literario -también llamado Pedro Juan- para relatar el prólogo de su célebre Trilogía sucia...

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"En mis libros siempre está presente la misma obsesión. Son el resultado de un estudio antropológico, hecho desde dentro, sobre la pobreza. ¿Por qué tienes que prostituirte para ganar un dólar? ¿Por qué debes actuar como un pícaro para sobrevivir? Éstas son las preguntas que me hago una y otra vez", explicó hace unos días el escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, 1950) en la presentación de su nueva novela, El nido de la serpiente (Anagrama). El autor recupera de nuevo a su sosias literario -también llamado Pedro Juan- para relatar el prólogo de su célebre Trilogía sucia de La Habana. "No es una autobiografía, pero contiene muchos elementos autobiográficos. La literatura consiste en recordar las cosas que han sucedido para transformarlas y reflexionar sobre ellas", matizó.

La obra transcurre en la década de 1960, "los años heroicos de la revolución", y recoge la adolescencia del protagonista hasta que se convierte en un veinteañero desolado por la miseria imperante. La mezcla de alcohol, literatura ácrata y sexo salvaje es la única forma que tiene para escapar de una realidad desquiciada. "Llevaba años queriendo explicar lo que sucedió en Cuba en los sesenta. Me interesaba hacerlo desde un punto de vista familiar, prescindiendo de la política y los grandes héroes", aseguró el escritor.

Entre los escenarios, aparte de Matanzas y de La Habana, destaca la evocación del viejo Varadero y sus mansiones señoriales. "Sus dueños las abandonaron abruptamente tal cual. Algunas tenían la mesa puesta. Confiaban en que la revolución sería efímera. Fueron muy ingenuos. Mi aprendizaje sexual lo realicé allí. Era el lugar de nuestras orgías", recordó. El nido de la serpiente se convierte en un viaje iniciático al sexo esporádico. Muchas de las amantes que aparecen son personas reales, aunque el autor les cambia el nombre por la crudeza de la narración.

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