Chirac ordena el regreso a Francia de un viejo portaaviones 'tóxico' enviado a India

Grupos ecologistas acusan a París de mentir sobre el nivel de amianto en el 'Clemenceau'

El presidente Jacques Chirac ordenó ayer la repatriación del portaaviones Clemenceau, el que fuera buque insignia de la Armada francesa, después de que el Consejo de Estado ordenara la suspensión de su viaje a India, donde debía ser desamiantado y desguazado. "El Clemenceau dará media vuelta", dijo la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie. Se trata de una importante victoria de las organizaciones ecologistas, en especial de Greenpeace, que sostienen que el buque alberga centenares de toneladas de amianto, y no las 45 que sostiene el Gobierno.

El Clemenceau espe...

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El presidente Jacques Chirac ordenó ayer la repatriación del portaaviones Clemenceau, el que fuera buque insignia de la Armada francesa, después de que el Consejo de Estado ordenara la suspensión de su viaje a India, donde debía ser desamiantado y desguazado. "El Clemenceau dará media vuelta", dijo la ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie. Se trata de una importante victoria de las organizaciones ecologistas, en especial de Greenpeace, que sostienen que el buque alberga centenares de toneladas de amianto, y no las 45 que sostiene el Gobierno.

El Clemenceau esperaba en el océano Índico, en aguas internacionales, a que el Tribunal Supremo de India decidiera si autorizaba su entrada en el país para ser desguazado en el astillero Shre Ram, en el Estado de Gujarat, uno de los enormes basureros de reciclaje de todo tipo de metales a los que van a morir los grandes buques y donde trabajan, por salarios de miseria y sin ningún tipo de protección, miles de personas.

La decisión del Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa francesa, reconociendo que el Clemenceau contenía "sustancias tóxicas" y que había "dudas" de que a bordo sólo quedaran las 45 toneladas reconocidas por el Ministerio de Defensa tras la limpieza del buque en el puerto de Toulon fue la gota que forzó a Chirac a ordenar su regreso. El alto tribunal daba así la razón a cuatro asociaciones ecologistas que denunciaron que el viejo portaaviones alberga todavía entre 500 y 1.000 toneladas de esta sustancia altamente cancerígena. Un comunicado del palacio del Elíseo anuncia "un contraanálisis para establecer de manera incontestable las cantidades de amianto y otras sustancias todavía presentes en el navío".

"Desde el primer momento alertamos al Gobierno de que violaba el derecho europeo y que no servía el desamiantaje cosmético", indicaba ayer Greenpeace Francia. No sin cierta ironía, Yannick Jadot, director de campañas de la organización, destacaba que "a pocos días de su visita oficial a India, el presidente de la República respeta el derecho e impide la exportación de desechos tóxicos a un país en desarrollo". El Gobierno francés había intentado sortear la Convención de Basilea que impide la exportación de sustancias tóxicas, alegando que se trataba de un buque militar, excluido del tratado.

El Clemenceau, que se hallaba ayer a la altura de Omán, fue desarmado en 1997, tras 36 años de servicio. En 2003 fue vendido a una empresa española para ser desmantelado, pero el contrato se suspendió ante la pretensión de la empresa de realizar los trabajos en Turquía. El 31 de diciembre, arrastrado por un remolcador, zarpó en dirección a India a través del canal de Suez.

Nadie sabe todavía dónde será finalmente desguazado y desamiantado. En Europa no hay instalaciones de este tipo. Según el Elíseo, de momento quedará "en una posición de espera que ofrece todas las garantías de seguridad, hasta que se tome una decisión definitiva sobre su desmantelamiento". Chirac aprovechó la ocasión para pedir a la Unión Europea que imponga "normas rigurosas que den todas las garantías de respeto al derecho social, a la salud de los trabajadores y del medio ambiente cuando un navío se exporta en unos astilleros extranjeros para su desmantelamiento".

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