OPINIÓN DEL LECTOR

Malos humos

El pasado octubre, se presentaron públicamente los Indicadores Ambientales (ciertos aspectos que se han tenido en cuenta para medir la evolución, positiva o negativa, del medio ambiente) de la Comunidad Autónoma del País Vasco en 2005. Desgraciadamente, y así lo reconocía preocupada la consejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, parte de dichos indicadores muestran una tendencia negativa o no mejoran como era de esperar. Uno de los indicadores que muestra peor evolución es el correspondiente a la generación de residuos, relacionado proporcionalmente con el desenfrenado consumo de materias p...

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El pasado octubre, se presentaron públicamente los Indicadores Ambientales (ciertos aspectos que se han tenido en cuenta para medir la evolución, positiva o negativa, del medio ambiente) de la Comunidad Autónoma del País Vasco en 2005. Desgraciadamente, y así lo reconocía preocupada la consejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, parte de dichos indicadores muestran una tendencia negativa o no mejoran como era de esperar. Uno de los indicadores que muestra peor evolución es el correspondiente a la generación de residuos, relacionado proporcionalmente con el desenfrenado consumo de materias primas. Se admite que es un problema de gran magnitud, preocupante para el futuro.

Por otro lado, y en línea con lo que defendió en su día nuestra preocupadísima consejera Esther Larrañaga, el 16 de diciembre se refrendó en Juntas Generales de Bizkaia el Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia 2005-2016. En este plan, al igual que en caso de los Indicadores Ambientales, se parte del supuesto ¿inamovible? de que la cantidad de residuos domésticos va seguir creciendo en el tiempo. Es un plan que va a gastar 142 de los 162 millones de euros presupuestados para construir una nueva incineradora de basuras junto a la actual de Zabalgarbi y en el que las actividades de prevención y minimización de residuos no pasan de ser meros enunciados retóricos y para la galería, al no estar definidos objetivos, indicadores y resultados esperados, dotados de presupuesto. En esta actitud se ve claramente la incapacidad o la nula intención de las autoridades de evitar la generación de residuos.

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