Europa pide gestos a los islamistas para seguir financiando a los palestinos

La UE busca gestos por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que le permitan seguir inyectando dinero al Gobierno y a la población palestina. Los Veinticinco, que apoyaron la celebración de las elecciones palestinas y alabaron su limpieza, se encuentran ahora con que la formación ganadora figura en la lista europea de organizaciones terroristas. La fórmula que sirva para conciliar ambos extremos pasa por que el nuevo Gobierno palestino envíe señales de moderación que permitan a la UE mantener el flujo financiero, según explicaron ayer fuentes diplomáticas europeas.

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La UE busca gestos por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que le permitan seguir inyectando dinero al Gobierno y a la población palestina. Los Veinticinco, que apoyaron la celebración de las elecciones palestinas y alabaron su limpieza, se encuentran ahora con que la formación ganadora figura en la lista europea de organizaciones terroristas. La fórmula que sirva para conciliar ambos extremos pasa por que el nuevo Gobierno palestino envíe señales de moderación que permitan a la UE mantener el flujo financiero, según explicaron ayer fuentes diplomáticas europeas.

"Estamos ante una situación muy difícil", aseguraron las mismas fuentes. El portavoz del Gobierno francés, Jean-Baptiste Mattéi, describió así el dilema al que se enfrenta la UE: "Tenemos un problema inmediato, y es que el movimiento que ha ganado las elecciones es también un grupo que figura en la lista de la UE de organizaciones terroristas".

El problema político está estrechamente ligado al económico. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) respira gracias a la ayuda internacional, que encabeza la UE. La otra gran fuente de ingresos son los impuestos que recauda el Gobierno de Israel. Ambas fuentes de financiación penden ahora de un hilo. Un alto cargo del Ministerio de Economía israelí insinuó ayer en Davos una posible retirada de los fondos fiscales a los palestinos. Mientras, la UE busca una salida airosa a la nueva situación. Tras los acuerdos de Oslo en 1993, la Unión hizo efectivo su compromiso de apoyar económicamente a la ANP, y desde entonces, los europeos pagan los sueldos de los funcionarios, de los policías y los maestros palestinos. Estos salarios salen del llamado fondo de apoyo a la ANP, del que la UE es el principal donante. Otras partidas de ayuda se destinan a proyectos, como los de reconstrucción de viviendas o a la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, que trabaja también con los palestinos de la diáspora en Líbano, Siria y Jordania.

En total, el año pasado, la contribución europea a los palestinos ascendió a 500 millones de euros (280 de la Comisión y el resto de los Estados miembros). Además del dinero en efectivo, la UE presta otro tipo de apoyos como el envío de 54 policías europeos en la frontera en Rafah, entre Gaza y Egipto, o los 50 que participan en el llamado "proceso de reforma y de transformación de la policía palestina". Una posible congelación de fondos de la UE no constituiría una medida nueva. De los 70 millones que el Banco Mundial recibió de la Comisión Europea en 2005, la mitad se encuentran bloqueados a la espera de que el Gobierno palestino acometa ciertas reformas y exigencias de transparencia.

Sin embargo, el nuevo panorama político palestino requiere una posición europea común. Fuentes diplomáticas apuntan a que la UE se podría conformar con "ciertas señales o mensajes algo más moderados, que apunten hacia una transición". El próximo lunes los ministros de Exteriores de la UE se reunirán en Bruselas para decidir cómo resolver el dilema planteado por las urnas palestinas. Los ministros acuden con dos condiciones para el nuevo Gobierno palestino: el cese de la violencia y el reconocimiento del Estado de Israel.