Merkel promete emplearse a fondo para sacar a Europa de la parálisis

La canciller reafirma en París la importancia del eje franco-alemán para el futuro de la UE

Angela Merkel, la recién estrenada canciller alemana, escogió París y Bruselas para estrenarse como canciller en el extranjero y mostrar así la importancia que concede al eje franco-alemán y a la UE. En París, sin embargo, evitó pronunciarse sobre los grandes temas que ambos países tienen sobre la mesa, aunque afirmó que los dos comparten "una concepción de la economía social de mercado". Por la tarde, ya en Bruselas, Merkel dejó clara su intención de esforzarse al máximo para sacar a Europa de la parálisis.

Recibida con un besamanos por el presidente, Jacques Chirac, la canciller llega...

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Angela Merkel, la recién estrenada canciller alemana, escogió París y Bruselas para estrenarse como canciller en el extranjero y mostrar así la importancia que concede al eje franco-alemán y a la UE. En París, sin embargo, evitó pronunciarse sobre los grandes temas que ambos países tienen sobre la mesa, aunque afirmó que los dos comparten "una concepción de la economía social de mercado". Por la tarde, ya en Bruselas, Merkel dejó clara su intención de esforzarse al máximo para sacar a Europa de la parálisis.

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Recibida con un besamanos por el presidente, Jacques Chirac, la canciller llegaba al palacio del Elíseo con la difícil tarea de reemplazar a Gerhard Schröder, un personaje que había calado en la opinión pública francesa y trenzado una auténtica amistad con el presidente Chirac. Más que sus palabras, que sus declaraciones de intenciones, lo que ayer intentaban descubrir los numerosos periodistas que abarrotaban el salón del Elíseo donde se celebró la conferencia de prensa era si el clima de complicidad tenía alguna posibilidad de perpetuarse. Chirac desplegó toda su cortesía. Merkel, etiquetada en Francia de liberal, se mantuvo en la justa distancia.

Elegir París como su primer destino oficial, explicó, "no es un ritual, sino la convicción de que la relación profunda y amistosa es necesaria y útil para Europa". También quiso dejar claro que, por el momento, su intención es "defender los intereses de Alemania y transmitir a los socios cuál es la posición alemana".

Durante el almuerzo, Merkel y Chirac trataron sobre las perspectivas financieras de la UE para el periodo 2007-2013, que ya marcó el fracaso de París y Berlín el pasado mes de junio y que no tiene visos de resolverse en la cumbre del mes próximo en Bruselas que cierra la presidencia británica. "Es prematuro opinar sobre propuestas que ni siquiera se conocen", dijo, en alusión a la falta de iniciativa de Londres sobre el problema.

El asunto también fue tratado en Bruselas, donde el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, aprovechó la ocasión para clavar un rejón de castigo al líder británico. "Alemania siempre ha dado a Europa, y eso es un ejemplo que deben seguir otros", señaló el presidente. La negativa británica a ceder el privilegio de su cheque fue una de las causas del fracaso de junio.

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Chirac, por su parte, abrió un importante margen de maniobra a la nueva canciller cuando estableció las coordenadas del eje franco-alemán en el contexto de la Europa ampliada. "La experiencia demuestra que cuando el eje franco-alemán funciona, también lo hace la UE", dijo, "pero no se trata de imponerlo al resto de socios". Los problemas que padece la UE, le respondió Merkel, deben resolverse "para dar garantías a los nuevos países de que seguirá su desarrollo".

En Bruselas, con sus visitas a los presidentes del Parlamento, Josep Borrell, y de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, Merkel dejó la impresión de que quiere sacar a Europa de la parálisis en que se encuentra, tanto presupuestaria como constitucional. De hecho, dijo que la reciente aprobación en primera lectura por la Eurocámara de la reglamentación sobre la industria química continental, muy ajustada a los deseos germanos, "ha demostrado que se puede hacer una política europea común".

Visita simbólica

En su breve y simbólica visita a las dos instituciones, considerada en ambas como prueba de la trascendencia que Berlín concede a la construcción europea, Merkel dejó la sensación de que a partir de ahora las cosas pueden empezar a moverse. El periodo de reflexión decretado tras el fracaso de los referendos constitucionales en Francia y Países Bajos ha ido seguido de un silencio revelador de que nada se está haciendo. Tras reconocer que aún hay que seguir esperando, Merkel expuso dos razones por las que la Constitución debe volver a ser protagonista: "La Carta de los Derechos Fundamentales y porque es necesaria para actuar con 25 o más países". La flamante canciller reconoció que "no hay que empujar mucho" todavía, pero aventuró que "quizá con la presidencia alemana haya más oportunidad de avanzar". Alemania asume la presidencia a partir de julio de 2006.

"Europa necesita ganar la confianza de que con 25 puede resolver problemas, como la Constitución, el reglamento sobre productos químicos, la directiva de servicios o las perspectivas financieras", insistió Merkel. "Todas son cuestiones difíciles, pero hay que crear la sensación de que se pueden resolver. Alemania contribuirá a ello", remachó.

Jacques Chirac recibe a Angela Merkel a su llegada al palacio del Elíseo ayer en París.REUTERS

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