La construcción de dos diques en Irán amenaza restos arqueológicos

La construcción de dos diques amenaza con destruir dos grandes zonas históricas de las culturas aqueménida y elamita en Irán, según la agencia de noticias del Organismo de Herencia Cultural iraní. La construcción de sendos diques en las provincias de Fars y Juzistán, en el sur y suroeste del país, comenzó en 1992 durante la presidencia de Hashemí Rafsanyani sin consultar con dicho organismo. La inundación de las zonas acotadas por los diques en los próximos meses anegará "sitios arqueológicos, algunos no excavados, de gran importancia" para el estudio de la cultura persa y elamita, advirtió di...

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La construcción de dos diques amenaza con destruir dos grandes zonas históricas de las culturas aqueménida y elamita en Irán, según la agencia de noticias del Organismo de Herencia Cultural iraní. La construcción de sendos diques en las provincias de Fars y Juzistán, en el sur y suroeste del país, comenzó en 1992 durante la presidencia de Hashemí Rafsanyani sin consultar con dicho organismo. La inundación de las zonas acotadas por los diques en los próximos meses anegará "sitios arqueológicos, algunos no excavados, de gran importancia" para el estudio de la cultura persa y elamita, advirtió dicha fuente.

Entre el patrimonio amenazado figuran una de las grandes urbes de la antigua Persia, la ciudad de Pasargades, capital de Ciro II el Grande, fundador del imperio aqueménida, en la que se encuentra la célebre tumba de este monarca, y el yacimiento de Tchoga-Zanbil, lugar arqueológico de la vieja ciudad real y religiosa elamita de Dur-Untash, "la fortaleza de Untash", que fue un alto lugar de peregrinaje y que alberga uno de los grandes zigurats de la antigüedad, de cinco plantas y 53 metros de altura, del que se conserva hasta el tercer nivel -unos 25 metros-. Dur-Untash fue destruida por los asirios en en el siglo VII antes de Cristo. Los monumentos de Pasargades fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2004. y los de Tchoga-Zanbil. en 1979.

Según el jefe del equipo de arqueólogos iraníes e italianos que trabaja para salvar los restos, Alí Reza Asgari, se requiere un plazo de al menos cuatro años para concluir las excavaciones. Además, la porosidad del terreno hacen probable que el depósito de agua destruyera los monumentos.

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