Madrid de Buenos Aires
Buenos Aires y Madrid se hermanan a través del cine. Lo han anunciado esta semana la Consejería de Cultura madrileña y el Instituto de Cine argentino. A finales de septiembre los madrileños verán películas argentinas inéditas, mientras que los porteños verán las españolas en julio. No es nada nuevo. En 1983 comenzaron a celebrarse en Buenos Aires muestras de cine español, y con gran éxito. La de aquel año aún es recordada como un acontecimiento que insufló ánimo a los argentinos, que comenzaban a salir del pozo negro de los Gobiernos militares y creían tener un ejemplo a observar en la transic...
Buenos Aires y Madrid se hermanan a través del cine. Lo han anunciado esta semana la Consejería de Cultura madrileña y el Instituto de Cine argentino. A finales de septiembre los madrileños verán películas argentinas inéditas, mientras que los porteños verán las españolas en julio. No es nada nuevo. En 1983 comenzaron a celebrarse en Buenos Aires muestras de cine español, y con gran éxito. La de aquel año aún es recordada como un acontecimiento que insufló ánimo a los argentinos, que comenzaban a salir del pozo negro de los Gobiernos militares y creían tener un ejemplo a observar en la transición española.
El cine argentino ha reflejado estas tragedias con coraje y riesgo, tanto durante crisis políticas y económicas como bajo censuras y amenazas. Bastantes cineastas (Olivera, Aristarain, Jusid, Solanas, Renán, Doria, Ayala...) se atrevieron a contar lo que les sucedía y sus trabajos han quedado para la historia. Así se recuerda ahora en dos libros que analizan el cine de una época en que la democracia era un sueño lejano. Los libros han sido presentados esta semana en Buenos Aires ante una nutrida presencia de viejos mitos del cine clásico y de directores en activo. Es una obra faraónica y admirable de un amplio equipo de historiadores dirigidos por Claudio España.
Desde hace tiempo se organizan recíprocamente semanas de cine en Madrid y Buenos Aires. Son ciudades y países que llevan tiempo hermanados de hecho. Sin ir más lejos, la pasada semana se estrenó en España la última película de Eduardo Mignona, El viento, aún inédita en Argentina, y pronto se estrenará El caso Gromhold, obra teatral catalana llevada al cine por Marcelo Piñeyro. Respecto a Iluminados por el fuego, se trata de una dura crónica de la guerra de las Malvinas de Tristan Bauer, cuyo proyecto ganó el año pasado en el Festival de San Sebastián la sección En Construcción. La prensa argentina anuncia que competirá este año en el festival.
En España se han estrenado últimamente Esperando la carroza, Señora Beba, No sos vos, soy yo... En Buenos Aires un canal televisivo está anunciando con alarde publicitario la emisión de El poderoso influjo de la luna, "loca comedia española" de 1980. En Madrid, la Academia de Bellas Artes de San Fernando está preparando una semana de cine argentino para este mismo verano.
Ni qué decir del intercambio de directores e intérpretes. Ahí está la constante travesía del charco, que se traen Luppi, Alterio, Sbaraglia, Sacristán, Sampietro, Verbeke... Si ambas ciudades van a montar la fiesta, que procuren inventar algo... No hay necesidad de gastar un duro en oropeles oficiales para hermanar lo ya felizmente hermanado.