Caruana exige a las entidades que "no confundan los fines sociales con los políticos"
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, pidió ayer ante 1.300 ejecutivos de las cajas de ahorros, que refuercen la profesionalidad, estabilidad y control de la gestión, "y la necesidad de evitar interferencias que lleven a confundir los fines sociales con objetivos de política pública". Caruana insistía, de esta forma, en que las entidades no deben recibir injerencias de los partidos políticos en su gestión. En ese sentido, pidió transparencia al sector para compensar sus "debilidades" en gobierno corporativo, como son la ausencia de accionistas y la falta de disciplica de los mercados cotizados.
El supervisor basó su discurso en las lecciones de buen gobierno aprendidas "después de los escándalos de Enron, Wordlcom y Parmalat". En un tono exigente, recordó que la implantación del acuerdo de capital, conocido como Basilea II, "no sólo hace referencia a los recursos propios de las entidades de depósito, sino también al buen gobierno". Caruana afirmó que "las debilidades en el gobierno corporativo de las cajas requieren que se creen contrapesos que dificulten personalismos e interferencias externas y faciliten la definición de estrategias claras acordes con su naturaleza e incentiven la gestión profesional". Después añadió que "sólo una entidad solvente y eficiente" puede garantizar la protección los clientes y el cumplimiento de la función social que acomenten las cajas.
Mazazo al sector
El discurso de Caruana cayó como un mazazo entre un buen número de presidentes y directivos de cajas consultados por este periódico. En opinión de estos ejecutivos, "el discurso del gobernador ha pecado de dureza contra el sector, que ya está cumpliendo muchas de las normas pedidas y no se reconoce". Según otras opiniones, los comentarios de Caruana "deben estar dirigidos a los bancos, ya que fueron ellos los que tuvieron relación con Parmalat y Enron". También se criticó la nula relación del discurso del supervisor con la aportación de la obra social en la economía.
Como si fuera una respuesta a Caruana, el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, aseguró que las cajas son "ejemplares" en gobierno corporativo, como atestigua que en los 170 años de existencia de estas entidades "no cabe hablar de un escándalo", a diferencia de lo ocurrido con sus competidores bancarios. "Si nunca ha habido un escándalo en las cajas no es porque nuestros ejecutivos seamos más virtuosos, sino porque tenemos los mejores sistemas de gobierno que nos defienden de nuestras propias debilidades", indicó.
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