INTERNET

Timos 'on line'

Los carteristas y falsificadores de antaño se han pasado a la informática y han encontrado en Internet un nuevo filón de incautos que caen en los nuevos timos modernos. Para defenderse de ellos, lo mejor es conocer los más comunes y dónde poder denunciarlos

La mitad de las reclamaciones por fraude que llegan a Visa Internacional, la compañía que copa el 50% de los pagos que se hacen por la Red, corresponde a operaciones de compraventa por Internet. Sólo en Estados Unidos, en 2003 se detectaron 57 millones de transacciones fraudulentas. En España, donde hemos sido más cautos y menos dados a las compras online, los timos no son tan millonarios, pero empiezan a ser frecuentes. Lo curioso es que hay estafados en las dos orillas, entre los vendedores y entre los compradores. Una realidad que ha supuesto un freno en seco para el comercio electrónico en...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El timo, un clásico de todos los tiempos, se pasa a Internet. El carterista y el falsificador adquieren categoría tecnológica y pasan a ser delincuentes informáticos. Unos se cuelan por tu buzón de correo electrónico, espían tus datos y pagan con tu tarjeta de crédito. Otros consiguen hacer llamadas internacionales a través de tu conexión a Internet. Algunos piden dinero para ONG de identidad dudosa y con sede en supuestas provincias de lejanos lugares de África. Los hay más clásicos, que reeditan el timo de la estampita en la era digital. Lo peor es que alguna vez caemos.

La mitad de las reclamaciones por fraude que llegan a Visa Internacional, la compañía que copa el 50% de los pagos que se hacen por la Red, corresponde a operaciones de compraventa por Internet. Sólo en Estados Unidos, en 2003 se detectaron 57 millones de transacciones fraudulentas. En España, donde hemos sido más cautos y menos dados a las compras online, los timos no son tan millonarios, pero empiezan a ser frecuentes. Lo curioso es que hay estafados en las dos orillas, entre los vendedores y entre los compradores. Una realidad que ha supuesto un freno en seco para el comercio electrónico en España, donde sólo el 1,7% de las empresas usa la Red para vender.

En España crecen las ventas por Internet de billetes de avión y de algunos productos de ocio, como libros o entradas de cine. Casi todos los bancos españoles han abierto oficina electrónica, y hasta el momento las quejas no son demasiadas. Desde la AUI aseguran que, en materia de comercio electrónico, el nivel de satisfacción de los consumidores es alto, concretamente del 94%. Los que siguen son los timos más frecuentes en la Red.

Nos vamos de pesca. Se llama phishing, deformación de la palabra inglesa fishing (pescar), y es, según Miguel Pérez, una de las trampas más activas en la Red. Son páginas web falsas que simulan las de un banco con el fin de robar datos financieros. Funciona así: se recibe un falso correo electrónico del banco que vuelve a pedir los datos de la cuenta alegando motivos de seguridad, de mantenimiento o de mejora del servicio. La página va acompañada de un formulario. Si se rellena, todos los datos irán a parar a manos de un estafador, que podrá operar con la cuenta.

Un 'e-simpa'. El modo más común de timar a una empresa. A través de Internet se hacen pedidos a una empresa, que manda la mercancía por correo, y nunca llega el pago ni aparece el comprador.

"Envíe confirmación por fax". Fue una estafa denunciada y resuelta. Una central de reservas de turismo rural pedía que se enviaran por fax las confirmaciones de las reservas. El fax era un número oculto de tarificación adicional.

'Spoofing'. Truco, en buen castellano. El fin es llevar al usuario a una página web falsa cuando teclee la dirección de su banco, y así apropiarse de sus datos. Normalmente, la página trampa no es idéntica al original. Lo mejor es cerciorarse con su banco de si ha habido cambios en el diseño de su web antes de facilitar ningún dato.

Suplantación de identidad. Compras, contratos de telefonía móvil, pólizas y aperturas de cuentas bancarias con datos financieros falsos obtenidos por algunas de las trampas que ya hemos descrito.

Gangas varias. Invitaciones a invertir en negocios exitosos, promesas de fortunas, diplomáticos africanos que ofrecen un jugoso depósito si uno presta su cuenta para hacer una transacción, peticiones para causas justas y solidarias. Son los timos clásicos de siempre que ahora llegan a través del correo basura.

Dónde denunciar. Unidad de Investigación de la Delincuencia en Tecnologías de la Información: delitos.tecnologicos@policia.es; 915 82 27 51. Grupo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil: uco@gcivil.mir.es; 915 14 64 00. Más información: Centro de Información del Fraude por Internet: www.fraud.org.

Sobre la firma

Archivado En