'El romancero español'
"El río de la lengua española". Así llamaba Juan Ramón Jiménez al romancero español. Populares, anónimos, concisos, claros, directos, sin adornos superfluos y pulidos interminablemente a lo largo de los siglos, los romances son también como piedras de río, como cantos rodados. Desde la descorazonadora queja de un prisionero hasta las diatribas entre moros y cristianos, pasando por los episodios bíblicos o las paganas invocaciones de la noche de San Juan, de las aguas del romancero bebieron los mejores poetas de la Edad de Oro, y de ellas han bebido también algunos del siglo XX como Machado, Un...
"El río de la lengua española". Así llamaba Juan Ramón Jiménez al romancero español. Populares, anónimos, concisos, claros, directos, sin adornos superfluos y pulidos interminablemente a lo largo de los siglos, los romances son también como piedras de río, como cantos rodados. Desde la descorazonadora queja de un prisionero hasta las diatribas entre moros y cristianos, pasando por los episodios bíblicos o las paganas invocaciones de la noche de San Juan, de las aguas del romancero bebieron los mejores poetas de la Edad de Oro, y de ellas han bebido también algunos del siglo XX como Machado, Unamuno o Lorca.
El romancero español podrá adquirirse el miércoles por 1 euro al comprar EL PAÍS.