El cultivo de transgénicos crece un 80% en 2004

La producción española de maíz modificado genéticamente ocupa 58.000 hectáreas

La superficie dedicada al cultivo de maíz modificado genéticamente en España aumentó el año pasado un 80%, hasta llegar a las 58.000 hectáreas, según los datos de Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, en inglés). España es uno de los 17 países que permiten este tipo de cultivos.

Los campos dedicados a estos productos

suponen aproximadamente la cuarta parte de la provincia de Guipúzcoa. Entre todos los países dedicaron 81 millones de hectáreas (más de vez y media la superficie de España).

El estudio señala que unos 8,25 millo...

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La superficie dedicada al cultivo de maíz modificado genéticamente en España aumentó el año pasado un 80%, hasta llegar a las 58.000 hectáreas, según los datos de Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, en inglés). España es uno de los 17 países que permiten este tipo de cultivos.

Los campos dedicados a estos productos

suponen aproximadamente la cuarta parte de la provincia de Guipúzcoa. Entre todos los países dedicaron 81 millones de hectáreas (más de vez y media la superficie de España).

El estudio señala que unos 8,25 millones de agricultores sembraron cultivos biotecnológicos en 2004, lo que representa 1,25 millones más que en 2003. El 90% se encontraba en países en desarrollo. Es la primera vez que el crecimiento absoluto de la superficie sembrada con cultivos transgénicos es superior en los países en desarrollo (7,2 millones de hectáreas) que en los industrializados (6,1 millones).

Diez años después de las primeras siembras, el mayor productor de transgénicos continúa siendo EE UU, con casi el 58% del total. Le siguen Argentina, Canadá y Brasil, con más de cinco millones de hectáreas.

Por productos, el 60% de los cultivos corresponden a soja modificada para resistir mejor los herbicidas. Le siguen el maíz Bt, llamado así porque tiene un gen que le confiere resistencia a una plaga, el Bacillus thuringiensis, con el 14%. Otras plantas transgénicas son modalidades del algodón y la colza.

"La rápida y continua adopción, especialmente entre los pequeños agricultores de pocos recursos, es el testimonio de cómo los agricultores y la sociedad de los países en desarrollo e industrializados se han dado cuenta de los beneficios económicos, medioambientales, sanitarios y sociales que reportan", dijo Clive James, presidente de la Sociedad Internacional para el seguimiento de los transgénicos, al presentar el informe.

El Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Biotecnológicas, que realiza anualmente el informe sobre la extensión de cultivos transgénicos en el mundo, es una organización sin ánimo de lucro, y se financia con fondos de las principales compañías productoras de semillas de plantas modificadas genéticamente. De ahí que organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra expresen sus dudas sobre "la veracidad" de los datos publicados.

En una nota de prensa, la ONG ha advertido de que los informes que el Servicio Internacional son "muy cuestionables". "Incluso si fueran ciertos, los resultados de diez años de cultivos modificados genéticamente en la agricultura pueden tener una interpretación totalmente distinta a la visión optimista de la industria de biotecnología", indica en la nota, que recoge Efe, la responsable del área de biotecnología de Amigos de la Tierra, Liliane Spendeler. "En muchos países no existen datos oficiales y las cifras provienen de la industria. España es uno de ellos", indica la organización ecologista.

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