"Hemos tratado los dos primeros casos de malaria"
El equipo del Samur en Banda Aceh, la zona de la isla indonesia de Sumatra más afectada por el maremoto, sigue luchando con los elementos. "Estamos muy cansados. Hemos tenido que luchar contra alguna que otra nube, que aquí descargan a los bestia", señala Fernando Prados, el coordinador de este despliegue de emergencia. Los chaparrones han provocado tremendos charcos en el centro de atención que el Samur tiene instalado en el aeropuerto de Banda Aceh, uno de los dos que tiene en la ciudad.
El equipo ha tratado dos heridos por accidente de tráfico -"aquí se conduce sorteando motos...
El equipo del Samur en Banda Aceh, la zona de la isla indonesia de Sumatra más afectada por el maremoto, sigue luchando con los elementos. "Estamos muy cansados. Hemos tenido que luchar contra alguna que otra nube, que aquí descargan a los bestia", señala Fernando Prados, el coordinador de este despliegue de emergencia. Los chaparrones han provocado tremendos charcos en el centro de atención que el Samur tiene instalado en el aeropuerto de Banda Aceh, uno de los dos que tiene en la ciudad.
El equipo ha tratado dos heridos por accidente de tráfico -"aquí se conduce sorteando motos"- y, lo que es mucho más preocupante, los dos primeros casos de enfermedades infecciosas: la malaria. "Es una enfermedad endémica en la zona, así que todavía no tenemos que preocuparnos; pero las autoridades nos pidieron que si el número de casos que vemos aumenta, debemos dar un aviso", señala Torres.
Con los relevos, que aterrizaron el lunes en Banda Aceh y que, desde entonces, a pesar del cambio horario y del calor, no han parado de trabajar, ha llegado también apoyo logístico y alimentos. "Llevo dos días comiendo jamón", asegura entre risas Fernando Prados, que ha recibido un regalo mucho más precioso: una bolsa de chucherías enviada desde Madrid, con una dedicatoria, por su hija de siete años. En el lugar donde duermen, la antigua Universidad de Medicina situada en el centro de la ciudad, también hay novedades: ocho días después han conseguido que todo el edificio tenga electricidad.
Hoy al equipo del Samur le espera un día duro: han cambiado el puesto del aeropuerto de lugar y tendrán que comenzar la jornada muy pronto -en torno a las seis de la mañana- para terminar de colocar los equipos. Pero, sobre todo, los estadounidenses van a ir a zonas a las que no han llegado todavía, y es muy posible que los helicópteros vuelvan con bastante heridos. "Esperamos un día muy fuerte", afirma Fernando Prados.