CATÁSTROFE EN ASIA | La ayuda

El Gobierno de Sri Lanka veta la visita de Annan a la zona tamil

Los Tigres acusan a Colombo de impedir la llegada de ayuda humanitaria a sus zonas

Las acusaciones de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) de que el Gobierno de Sri Lanka les suministra sólo un mínimo de ayuda humanitaria han incrementado considerablemente la tensión en el país. El Ejecutivo rechaza las alegaciones, pero ayer forzó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a renunciar a una visita a la parte nororiental del país, que se encuentra bajo control de los Tigres y que ha resultado gravemente afectada por el tsunami.

El obispo de Jaffa, la capital tamil -los independentistas fueron expulsados de ella en diciembre de 1995-, Kingsley Sw...

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Las acusaciones de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) de que el Gobierno de Sri Lanka les suministra sólo un mínimo de ayuda humanitaria han incrementado considerablemente la tensión en el país. El Ejecutivo rechaza las alegaciones, pero ayer forzó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a renunciar a una visita a la parte nororiental del país, que se encuentra bajo control de los Tigres y que ha resultado gravemente afectada por el tsunami.

El obispo de Jaffa, la capital tamil -los independentistas fueron expulsados de ella en diciembre de 1995-, Kingsley Swampillai, intercedió ante la representación de la ONU en Colombo para que Annan acudiera a alguno de los dos distritos tamiles de Mulaitivu y Kilinochi, que han sufrido con más furia el embate de las aguas del Índico, pero fue el Gobierno el que lo impidió. Fuentes tamiles informaron el viernes de que Annan había aceptado entrevistarse con Velupillai Prabhakaran, líder y fundador de los LTTE.

El secretario general de la ONU tan sólo pudo acercarse a Trincomale, un distrito situado al sur y uno de los que controlan los independentistas. Trincomale está poblado casi con iguales porcentajes por las tres comunidades más importantes del país: cingaleses, tamiles y musulmanes. Los cingaleses, el 70% de los 19,5 millones de habitantes de la isla, son budistas, y los tamiles, el 15% de la población, son hindúes.

Annan, que prometió al Gobierno que Naciones Unidas estaría al lado de Sri Lanka durante todo el tiempo que durase la reconstrucción de la costa devastada, viajó primero en helicóptero a Hambantota, un importante centro turístico del sur del país, donde visitó a los supervivientes de un maremoto que ha dejado en la isla 30.000 muertos y 800.000 desplazados, que han venido a sumarse a los 400.000 refugiados de más de 20 años de guerra. "Me encuentro en una misión humanitaria. Me habría gustado visitar todas las áreas, pero estoy aquí como un invitado del Gobierno y son ellos los que fijan el itinerario", dijo Annan a la agencia Reuters en Hambantota.

El presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, el español Juan Manuel Suárez del Toro, que llegó anoche a Colombo para impulsar la coordinación entre todas las instituciones, ONG y Gobiernos implicados en la mayor operación humanitaria de la historia, señaló que su visita no se ha visto implicada en la disputa entre tamiles y cingaleses. "Ésa es una zona de conflicto en la que opera el Comité Internacional de la Cruz Roja y no la federación", dijo. "Nuestro principio", añadió "es que haya equidad en el reparto de la ayuda y que ésta sea en base a las necesidades de la zona sin otros condicionantes".

Suárez del Toro hizo hincapié en que, con los 330 millones de euros recaudados hasta el momento por la federación, se puede emprender un trabajo que va más allá de paliar el desastre y que, a medio y largo plazo, se centra en reforzar la capacidad de autodefensa de las comunidades. En este sentido, señala que si la conferencia de donantes de Yakarta se ha comprometido a dotar de un sistema de alerta contra los tsunamis a la zona del Índico, la Cruz Roja puede impulsar la educación de las comunidades aisladas sobre cómo protegerse. "En los primeros momentos, sólo la población local alcanza el lugar de la catástrofe. Por ello, cuanto más preparados estén los ciudadanos y más se refuercen sus capacidades locales, se salvarán más vidas", declaró.

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Suárez del Toro, que tiene previsto visitar hoy Gampaha -un campamento para desplazados situado al norte de la capital en la parte occidental de la isla-, señaló que la impresionante respuesta de la gente ante esta catástrofe requiere una respuesta adecuada que pase por una "coordinación extraordinaria" entre Naciones Unidas y los Gobiernos e instituciones para llevar a cabo una misión que "nadie puede hacer solo".

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, también se encontraba ayer en Sri Lanka para asesorarse sobre el terreno de las necesidades del país. Wolfensohn y la primera ministra Manida Rajapakse se reunieron con Annan en Hambantota.

El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, ayer en una mezquita de Hambantota, en Sri Lanka.REUTERS

Ultimátum oficial

Los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) advirtieron ayer de "serias consecuencias" si las tropas gubernamentales no se retiran de los campamentos humanitarios que albergan a civiles tamiles antes de mañana. Con la excusa de evitar que haya disturbios al abalanzarse sobre la ayuda que llevan las organizaciones humanitarias internacionales, soldados cingaleses patrullan los campos desde la semana pasada, lo que fue recibido con protestas aisladas de los tamiles.

Los LTTE y el Gobierno esrilanqués mantienen un precario alto el fuego desde diciembre de 2001. No existe diálogo porque los independentistas se retiraron de las negociaciones de paz, que se realizaban con la mediación de Noruega, tras acusar a Colombo de no cumplir los acuerdos ni los compromisos.

Las escaramuzas y atentados con bomba de los Tigres se convirtieron en 1983 en una guerra abierta que ha costado más de 60.000 vidas, en su mayoría civiles.

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