Reportaje:

¿Dónde empieza Marilyn?

Las áreas superiores del cerebro no admiten híbridos entre caras familiares

¿Cómo reconocemos una cara familiar? Tal vez todas las caras posibles forman un continuo, como la radiación luminosa, y nuestro cerebro divide ese continuo en categorías arbitrarias, como hace con los colores. O tal vez cada cara familiar está archivada en la memoria como un objeto único, al igual que lo está un pentágono o un cilindro. Pia Rotshtein y sus colaboradores del University College de Londres acaban de comprobar que nuestro cerebro hace ambas cosas, aunque en diferentes sitios. Para alcanzar esa conclusión, que publicaron ayer en Nature Neuroscience, han tenido que generar un...

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¿Cómo reconocemos una cara familiar? Tal vez todas las caras posibles forman un continuo, como la radiación luminosa, y nuestro cerebro divide ese continuo en categorías arbitrarias, como hace con los colores. O tal vez cada cara familiar está archivada en la memoria como un objeto único, al igual que lo está un pentágono o un cilindro. Pia Rotshtein y sus colaboradores del University College de Londres acaban de comprobar que nuestro cerebro hace ambas cosas, aunque en diferentes sitios. Para alcanzar esa conclusión, que publicaron ayer en Nature Neuroscience, han tenido que generar un desconcertante híbrido virtual entre Marilyn Monroe y Margaret Thatcher.

El híbrido puede adoptar cualquier valor entre 0% (pura Marilyn) y 100% (pura Thatcher). Y el experimento consiste en registrar la actividad cerebral de los voluntarios mientras se les muestran ciertos pares de esas imágenes. Hay que añadir que un área cerebral que se activa ante una cara pierde actividad si se le enseña otra vez la misma cara, pero no si se le enseña otra distinta.

Más información

El córtex visual -el área del cerebro que procesa la información visual- está en la parte de atrás de la cabeza, y la información que llega de los ojos entra primero a las zonas inferiores (cerca de la nuca) y se va elaborando a medida que sube hacia la coronilla.

Cuando se les muestra a los voluntarios el par de caras '100% Thatcher' y '70% Thatcher', hay una zona de bajo nivel -es decir, cercana a la nuca- que detecta la diferencia, pero hay otras zonas de alto nivel que opinan que las dos imágenes son la misma (y por tanto reducen su actividad al ver la segunda cara). Pero el efecto cambia cuando se muestra a los voluntarios el par de caras '70% Thatcher' y '40% Thatcher'. La zona de bajo nivel sigue detectando la diferencia, que al igual que antes es de un 30%, pero ahora también la detecta la zona de alto nivel.

Los datos apoyan la teoría jerárquica del córtex visual, según los autores. En las zonas bajas, los circuitos neuronales manejan rasgos concretos como la forma de los ojos. Pero la información se hace cada vez más abstracta en su viaje hacia arriba, y a cierto nivel los detalles dejan de importar. '70% Thatcher' es Thatcher y punto. Pero '40% Thatcher' es Marilyn y punto. En éste y otros problemas, la estrategia del cerebro es categorizar el caos.

De izquierda a derecha, 100% Thatcher-0% Marilyn, 70%-30%, 40%-60% y 0%-100%.EFE

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