Reportaje:INFANTIL Y JUVENIL | PANORAMA DE LAS LETRAS EN CATALÁN

Variada oferta para los niños

Que el libro infantil y juvenil en catalán goza de buena salud lo evidencian las estadísticas -en 2003, un 15% de los libros publicados en España son en lengua catalana, del cual, un 30% son libros infantiles y juveniles- y el auge de la edición del álbum ilustrado.

El libro infantil es fruto de una industria tan normalizada como la de culturas y lenguas de envergadura similar. La mayoría de las obras son publicadas por editoriales con sede en Cataluña. Algunas, pequeñas, sólo editan en catalán. Otras publican en catalán y castellano. Y otras, aunque editan su catálogo básicamente en ca...

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Que el libro infantil y juvenil en catalán goza de buena salud lo evidencian las estadísticas -en 2003, un 15% de los libros publicados en España son en lengua catalana, del cual, un 30% son libros infantiles y juveniles- y el auge de la edición del álbum ilustrado.

El libro infantil es fruto de una industria tan normalizada como la de culturas y lenguas de envergadura similar. La mayoría de las obras son publicadas por editoriales con sede en Cataluña. Algunas, pequeñas, sólo editan en catalán. Otras publican en catalán y castellano. Y otras, aunque editan su catálogo básicamente en catalán, pertenecen a grandes grupos editoriales del país. Muchas basan su solidez en las colecciones de narrativa alimentadas por autores españoles y catalanes, con poca presencia más allá de las fronteras, cosa que genera un cierto sentimiento endogámico, a pesar de la entidad de autores como Josep Vallverdú, Joaquim Carbó, Emili Teixidor, Gabriel Janer Manila, Miquel Desclot, o de escritores emergentes como Miquel Rayó, Josep Francesc Delgado o Antoni Garcia Llorca.

Hay excepciones, como la del

tándem formado por Andreu Martín y Jaume Ribera, o la de Jordi Sierra i Fabra, que escribe indistintamente en catalán y castellano. Y la de Roser Capdevila, que a través de la televisión ha dado a conocer a sus Tres mellizas al mundo entero. En la narrativa, la traducción ocupa el lugar más visible en las librerías. La gran apuesta está en los best seller internacionales -J. K. Rowling, Cornelia Funke, Georgia Byng...-. Se echan de menos -aunque hay excepciones como Ip!, de Joke van Leeuwen (Cruïlla)- traducciones de obras de culturas minoritarias y diferentes a las anglosajonas y francesas.

La buena salud del libro en catalán es visible, estos últimos años, en los álbumes ilustrados. Se incorporan editoriales habituadas a publicar narrativa, algunas han aumentado la edición de este tipo; otras han convertido este libro en su apuesta principal, como Serres, y sellos nacionales, como Lóguez o Kalandraka, han traducido al catalán. Pero lo más destacable es que editoriales como la francesa L'École des Loisirs, la venezolana Ekaré o la mexicana Fondo de Cultura Económica, han volcado algunas de sus obras al catalán. Pero casi todo son traducciones, en general de países donde el album está normalizado, y por tanto, es escasa la presencia de autores catalanes, a pesar del importante elenco de ilustradores, algunos reconocidos internacionalmente, como Arnal Ballester, Montse Ginesta, Pep Montserrat o Carme Solé Vendrell. Una excepción es Montse Gisbert, que acaba de publicar Salvador Dalí, pinta'm un somni, editada en catalán, castellano, francés e inglés.

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