Arquitectos y artistas certifican la ausencia de modelos para la ciudad ideal

La Conferencia sobre Automoción y Urbanismo debate la sociología del conductor urbano

La ciudad como espacio de comunicación, los aspectos psicosociológicos del conductor urbano, la evolución histórica de la urbe y sus relaciones con las artes plásticas fueron los temas tratados en cuatro mesas redondas y por 20 expertos en la segunda jornada de la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo, que se celebra en Madrid organizada por la Fundación Eduardo Barreiros y el Sistema Mapfre. Los arquitectos Peter Eisenman, Zaha Hadid y Jacques Herzog, y el artista Anish Kapoor estuvieron de acuerdo en la falta de modelos actuales para la ciudad ideal.

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La ciudad como espacio de comunicación, los aspectos psicosociológicos del conductor urbano, la evolución histórica de la urbe y sus relaciones con las artes plásticas fueron los temas tratados en cuatro mesas redondas y por 20 expertos en la segunda jornada de la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo, que se celebra en Madrid organizada por la Fundación Eduardo Barreiros y el Sistema Mapfre. Los arquitectos Peter Eisenman, Zaha Hadid y Jacques Herzog, y el artista Anish Kapoor estuvieron de acuerdo en la falta de modelos actuales para la ciudad ideal.

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La mesa redonda sobre La ciudad de los flujos, moderada por el arquitecto Luis Fernández-Galiano, se convirtió en un diálogo continuo de los participantes, que prefirieron no hacer las habituales ponencias de 10 minutos con imágenes. Los arquitectos Peter Eisenman, Zaha Hadid y Jacques Herzog, y el escultor Anish Kapoor entraron y salieron en numerosos temas relacionados con la ciudad, desde la escala y el lugar, los contenidos y fragmentos, hasta la influencia del terrorismo.

Los flujos y movimientos de las ciudades ocuparon los primeros minutos, con comentarios de Eisenman y Hadid, para situar las fuerzas horizontales, la representación de los planos a través de los diagramas y la creación de otros espacios abiertos que crean los movimientos. Kapoor prefirió hablar de espacios en lugar de flujos, y de los espacios públicos contemporáneos, al entender que el sentido de la escala es un tema de contenido y no de estructuras. Esto provocó opiniones sobre las relaciones de la arquitectura con las artes, aunque Zaha Hadid prefirió introducir un concepto más político sobre el espacio. "La arquitectura puede hacer que la vida sea mejor", dijo Herzog, y Eisenman añadió que "el mundo del arte es más comprendido y sentido que la arquitectura".

La reciente instalación de Kapoor en la Tate Modern, de Londres, provocó diálogos sobre los museos proyectados por profesionales de distintas raíces culturales en todo el mundo y el lugar que ocupa el arte. "El éxito de la Tate como edificio dinámico y que reúne a la gente es un ejemplo fantástico para reinventar el espacio público", dijo Herzog. Y de los museos pasaron a los proyectos sobre estadios, como un fenómeno actual.

Eisenman fue crítico con la situación en Estados Unidos ("por eso paso mucho tiempo en Europa") y dijo que es cauto ante las próximas elecciones presidenciales. "A los partidos les importa un bledo la arquitectura. No hay proyectos públicos ni agencias para las viviendas. En Estados Unidos no es posible la experiencia de Berlín, que invita a 20 arquitectos extranjeros para hacer trabajos públicos". Esta postura derivó hacia el papel del Estado y el capital privado, y a los trabajos de Eisenman, Hadid y Herzog en España. "La historia contemporánea empezó en una época de terror y ahora estamos en una segunda era del terror, de la que tenemos que sacar una nueva idea de cómo se puede vivir", dijo Eisenman.

El psiquiatra Carlos Carbonell fue el moderador de la mesa redonda que abordó aspectos psicosociológicos del conductor urbano y los efectos de la arquitectura en los habitantes, desarrollados junto a los escritores Eduardo Mendoza y Vicente Verdú, el pintor y escultor Joaquín Vaquero Turcios y el ingeniero industrial Juan Miguel Antoñanzas. "Lo que no es la ciudad es Marginalia", afirmó Mendoza, que comentó los cambios radicales que han sufrido las ciudades desde la Revolución Francesa y el romanticismo hasta convertirse en territorios colectivos, "la ciudad como elemento integrador y escenario justificante de nuestra propia existencia".

Vicente Verdú se centró en el conductor y en el automóvil como "elemento de consumo duradero y potencia simbólica", convertido también en representación de una época, como la sociedad optimista de los años cincuenta hasta los coches militarizados de la era Bush y el actual "habitáculo que nos cobija" de los coches personalizados. En cuanto a la relación de los coches y el urbanismo, Verdú consideró "grotesca" la invasión de los 4 x 4, que se considera natural en Estados Unidos, por la configuración del centro urbano y las áreas residenciales, pero que se convierte en un "monstruo" en las ciudades europeas.

El artista Vaquero Turcios se refirió al espacio, a la profundidad y a la perspectiva desde la posición del pintor, que al colocar cuatro ruedas se convierte en un coche. "El automóvil ha perdido la ambición estética, son todos iguales, muy aburridos y muy feos". El ingeniero industrial Juan Miguel Antoñanzas intentó hacer compatibles el hombre, la ciudad y el automóvil desde su invasión al comienzo del siglo XX, sólo comparable a la telefonía móvil. "El coche permite movilidad y libertad, dos necesidades de los seres humanos. La industria tiene interés en mejorar la movilidad sostenible".

Peter Eisenman, Luis Fernández-Galiano, Jacques Herzog y Anish Kapoor (de izquierda a derecha) y Zaha Hadid.LUIS MAGÁN
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