Reportaje:

Alcalá recuerda el 11-S de Chile

La Fundación Pablo Iglesias y la Universidad alcalaína rescatan imágenes captadas en 1973 por Horacio Villalobos

"¿Ves ese oficial de ahí, detrás del ataúd? Yo estaba enfocando al muchacho que salía de la morgue, me conmovía su mirada perdida, su cara de angustia. Treinta segundos después tenía un fusil contra mi estómago y me dije: estoy muerto. Pero reaccioné. La tensión y la adrenalina pudieron más que el miedo y le dije al militar: no estoy solo, ahí está el chófer, en el auto de la agencia. Le mostré el salvoconducto de prensa. 'Esto no vale', contestó, pero al final me dejó marchar".

Así recuerda el fotógrafo argentino Horacio Villalobos el momento en que captó una de las dos imágenes...

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"¿Ves ese oficial de ahí, detrás del ataúd? Yo estaba enfocando al muchacho que salía de la morgue, me conmovía su mirada perdida, su cara de angustia. Treinta segundos después tenía un fusil contra mi estómago y me dije: estoy muerto. Pero reaccioné. La tensión y la adrenalina pudieron más que el miedo y le dije al militar: no estoy solo, ahí está el chófer, en el auto de la agencia. Le mostré el salvoconducto de prensa. 'Esto no vale', contestó, pero al final me dejó marchar".

Así recuerda el fotógrafo argentino Horacio Villalobos el momento en que captó una de las dos imágenes de esta página. "Soy un tipo muy afortunado", dice, y su suerte ha hecho posible que esa foto y otras muchas se salvaran de la depredación iniciada con el golpe militar que el 11 de septiembre de 1973 acabó en Chile con el Gobierno de Salvador Allende.

Las 51 fotos que se exhiben pertenecen a Corbis, el banco de imágenes de Bill Gates

Villalobos pudo salir de la vorágine chilena conservando carretes y negativos que cargaban una impactante información, obtenida entre el 11 y el 24 de septiembre de aquel año y que fue distribuida al mundo por United Press International. La situación de la oficina de la agencia en Santiago de Chile, junto al Palacio de la Moneda, facilitó esa suerte, tatuada en el objetivo del reportero. Los periodistas tenían un plano privilegiado de lo que sucedía. Y los militares, también: "Nos frieron a tiros, dejaron la fachada con más de 200 agujeros", relata Villalobos.

Tras salir de Chile, el fotógrafo vivió más tiempos duros en su país, Argentina, y guardó su experiencia chilena en una especie de caja fuerte mental. "Durante un montón de años no quise ver las imágenes", dice, y confiesa que las pesadillas con escenas violentas (él tiroteaba, no era el tiroteado) agitaban su sueño.

Ahora, la memoria de Villalobos ha vuelto nuevamente a la capital chilena vía Madrid. Las fotografías de su éxito profesional y de sus pesadillas han llegado a España (tras pasar el pasado año por Argentina y Francia) con el patrocinio de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Fundación Pablo Iglesias.

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El Archivo del Movimiento Obrero Español es el lugar elegido para colgar las imágenes, completadas con una valiosa documentación de ejemplares de la prensa clandestina española, que refleja el impacto de los sucesos de Chile en las postrimerías del franquismo.

Las 51 imágenes que se exhiben en Alcalá pertenecen al fondo de Corbis (banco de imágenes propiedad de Bill Gates), representado en España por la agencia Cover. María Mann, esposa de Villalobos y directora de Corbis para Europa, África y Medio Oriente, ha seleccionado el material. Pero la mano de otra mujer también se ha hecho notar en la exposición. Las gestiones de Emma Laudaeta, exiliada chilena y secretaria de la Embajada, han sido providenciales para que las imágenes lleguen a España, señala Villalobos.

Y hay más mujeres en su historia. Cuando llegó a su hotel, tras superar un fuego cruzado y escabullirse de los soldados, le pusieron una joven mucama para que vigilara sus pasos: "Me preguntó: ¿ha muerto el presidente? Le dije que sí. Se le llenaron los ojos de lágrimas y me llevó a una ventana desde donde se divisaba la plaza y el palacio atacado. No me denunció, me ayudó". Las fotos lo prueban.

Horacio Villalobos era un intrépido reportero bonaerense de 27 años cuando llegó a Santiago de Chile para cumplir con un encargo de la revista Time: fotografiar al presidente Salvador Allende. La cita era precisamente el fatídico 11 de septiembre. Y la fotografía se hizo, aunque no como los periodistas pensaban. La última foto con vida de un presidente amenazado pasó a la historia y lleva la firma de Villalobos. Esa imagen está en la exposición ayer inaugurada y también está otra imagen "siniestra", según el autor, para cerrar esta memoria gráfica: "Pinochet tiene un gesto que recuerda poderosamente a Drácula".

Villalobos, recién llegado de París (donde reside), removía ayer una mezcla de sentimientos mientras paseaba por la Universidad de Alcalá, una ciudad cuyos habitantes han sido golpeados por la violencia terrorista. El fotógrafo reflexionaba: "Se tiene que ver esto. Lo que pasó en Chile es un ejemplo del mal uso de la institución militar y de cómo una sociedad deja de ser de ciudadanos para ser una sociedad de súbditos". En 2005, para satisfacción del testigo, este ejemplo fotográfico se expondrá en Santiago.

30 años, una reflexión sobre el golpe de Estado en Chile. Colegio Bernardino (Colegios, 7). Alcalá de Henares. De lunes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Domingos, cerrado. Entrada gratis. Hasta el 23 de noviembre.

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