Reportaje:LA CULTURA DEL VINO

Vinos de Castilla y León

Castilla y León es una comunidad muy extensa y, aunque el predominio de Ribera del Duero en materia vitivinícola es incuestionable, existen otras cuatro denominaciones de origen muy interesantes, con vinos bien diferenciados.

Rueda, denominación de origen creada en 1980, está situada básicamente al oeste de Valladolid, aunque abarca municipios de Ávila y Segovia. Reputada por sus vinos blancos, tres son sus variedades predominantes: la verdejo, la palomino fino y la viura, aunque la denominación Rueda autoriza el empleo de una cepa clásica internacional, la sauvignon blanc. ...

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Castilla y León es una comunidad muy extensa y, aunque el predominio de Ribera del Duero en materia vitivinícola es incuestionable, existen otras cuatro denominaciones de origen muy interesantes, con vinos bien diferenciados.

Rueda, denominación de origen creada en 1980, está situada básicamente al oeste de Valladolid, aunque abarca municipios de Ávila y Segovia. Reputada por sus vinos blancos, tres son sus variedades predominantes: la verdejo, la palomino fino y la viura, aunque la denominación Rueda autoriza el empleo de una cepa clásica internacional, la sauvignon blanc. Las tres dan lugar a vinos diferenciados, siendo la verdejo la auténtica joya de la zona. La incorporación de la sauvignon blanc está aportando vinos muy florales y aromáticos, con notas exóticas, ricos en glicerina y cierta complejidad en boca.

También con la mayor parte de su territorio en Valladolid, la denominación Cigales se extiende hasta el sur de Palencia. El predominio del rosado es tan abrumador que su nombre casi es sinónimo de ese tipo de vino.

Los rosados cigales, con su frescor, ligereza y agradable aroma (a flores o fruta), presentan unas características singulares. Los tintos, elaborados en su gran mayoría con la variedad tinta del país, se distinguen por su peculiar aroma y su amplitud y redondez bucal.

Más al este, en el curso del Duero y en la frontera entre Zamora y Valladolid, Toro destaca por sus tintos robustos de alta graduación alcohólica y baja acidez. Es la denominación que acapara en estos momentos las mayores inversiones de los grandes grupos bodegueros.

Las variedades de cepas predominantes son la tinta de Toro y la garnacha para los tintos, mientras que la malvasía y la verdejo configuran las principales variedades blancas. Los tintos recios son, sin duda, los que mayor prestigio y fama han dado a esta denominación. Se caracterizan por el aroma, el buqué y el cuerpo: afrutado cuando son jóvenes, adquieren finura de color, suavidad de boca y complejidad en nariz tras una moderada crianza en madera.

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Por último, en el norte de la comunidad y lindando con Galicia, se halla la denominación más joven de la región y la única de León: Bierzo, reconocida en 1989. Tiene más lazos con Galicia que con el resto de las comarcas de la comunidad autónoma a la que pertenece.

De las variedades cultivadas, la mencía, emparentada con la cabernet franc, es la más noble de las tintas locales, ocupando un lugar destacado tanto por calidad como por extensión. Con la mencía se elaboran tintos de agradable acidez frutal, fino aroma y deliciosa estructura de taninos jugosos y aterciopelados. Las variedades más importantes para los blancos son la palomino, la doña blanca, la malvasía y la godello.

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