VIOLENCIA EN IRAK

Las tropas de EE UU preparan la ofensiva final contra la rebelión chií de Nayaf

El vicepresidente iraquí pide la retirada de los soldados estadounidenses de la ciudad santa

La batalla que puede poner término a la segunda rebelión chií en la ciudad santa de Nayaf se preparaba anoche a marchas forzadas. A primera hora de la tarde, el mando militar norteamericano anunció que las fuerzas iraquíes y estadounidenses "están haciendo los preparativos finales para terminar la lucha". Aunque horas después pospusieron la ofensiva, los oficiales estadounidenses aseguraron que las últimas previsiones "están llevando algo más de tiempo que el inicialmente previsto" y que el combate puede comenzar "en cualquier momento".

Sin embargo, el vicepresidente del Gobierno interi...

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La batalla que puede poner término a la segunda rebelión chií en la ciudad santa de Nayaf se preparaba anoche a marchas forzadas. A primera hora de la tarde, el mando militar norteamericano anunció que las fuerzas iraquíes y estadounidenses "están haciendo los preparativos finales para terminar la lucha". Aunque horas después pospusieron la ofensiva, los oficiales estadounidenses aseguraron que las últimas previsiones "están llevando algo más de tiempo que el inicialmente previsto" y que el combate puede comenzar "en cualquier momento".

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Sin embargo, el vicepresidente del Gobierno interino, el chií Ibrahim al Yafari, abogó por la retirada de los soldados de EE UU de la ciudad santa.

"Nunca dijimos a qué hora lo haríamos", afirmó sin ofrecer más detalles David Hohalan, segundo en la cadena de mando de los marines en Nayaf, citado por The New York Times. Con todo, la cautela impera. Los militares norteamericanos -5.000 uniformados cercan la ciudad- no ignoran que dañar el mausoleo de Alí, el Vaticano del chiísmo, desataría un grado de ira popular que podría acarrear consecuencias devastadoras.

No puede descartarse que las desavenencias en el Gobierno interino iraquí hayan provocado el retraso. El ataque necesita la aprobación del Ejecutivo que encabeza el también chií Ayad Alaui. Por la mañana, el viceprimer ministro, Ibrahim al Yafari, aseguró que las tropas de EE UU deberían retirarse de la ciudad. "Llamo a las fuerzas internacionales a abandonar Nayaf y que sólo permanezcan los policías iraquíes", declaró a la cadena árabe de televisión Al Yazira. "Las fuerzas iraquíes", añadió, "pueden manejar este fenómeno de violencia". Al Yafari, máximo dirigente del partido Dawa, destacó que "el Gobierno debería mantener abiertos los puentes políticos con [Múqtada] Al Sáder", el líder de la rebelión de Nayaf, y advirtió de que "el Gobierno debería tomar medidas extraordinarias" si este clérigo extremista rechaza la apertura y no detiene la lucha. Muy diferente es el discurso de Alaui y su ministro de Defensa, que ha dicho públicamente que "machacarán" a los insurrectos.

La situación ya era de extrema tensión la víspera, cuando las patrullas militares demandaron a la población en Nayaf que evacuara la ciudad. Los más prestigiosos clérigos chiíes, incluidos Alí al Sistani y otros grandes ayatolás de países árabes y musulmanes, abandonaron la ciudad recientemente.

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Precisamente porque los soldados estadounidenses daban los últimos toques al asalto final, los combates fueron esporádicos en Nayaf. No así en otras ciudades del país. En Jani Bani Saad, un pueblo 40 kilómetros al norte de Bagdad, una bomba en un mercado causó seis muertos y 10 heridos. En Amara, al sureste de Irak, al menos 10 insurrectos perecieron durante la madrugada en combates con las tropas del Reino Unido, que bombardearon sus posiciones. "Fue una operación robusta", declaró a Reuters un portavoz británico. En Kut, 180 kilómetros al sureste de la capital, también hubo combates, y en la ciudad meridional de Nasiriya, miles de manifestantes clamaron contra el primer ministro, acusado de ser un "agente de EE UU". Los rebeldes chiíes recibieron fuego desde helicópteros estadounidenses en el sur de la localidad. Al menos 30 insurrectos murieron entre las 9.00 horas del martes y la misma hora del viernes, según el Ministerio de Salud.

También es llamativo que, tras varias semanas de relativa calma, los insurgentes de Faluya, ciudad suní situada 60 kilómetros al oeste de Bagdad, se enfrentaron ayer con los militares de EE UU. Cuatro insurrectos fallecieron. Además, los insurgentes asesinaron a tiros en Mahmudiya, 30 kilómetros al sur de Bagdad, a un jefe provincial de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica, Alí al Jasisi, según un portavoz de este partido, uno de los más importantes de Irak.

Y otro incidente contribuirá aún más a deteriorar las relaciones entre Irán e Irak. Al menos tres periodistas que trabajan para la agencia oficial iraní Irna fueron detenidos en su oficina en Bagdad por la policía. Anoche no había trascendido de qué se les acusa.

Un soldado de EE UU herido por una bomba es transportado en una camilla desde un helicóptero en Bagdad.REUTERS

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