Angustia en el sector

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Confianza y angustia. En general, así es como los hoteleros siguen las tareas de la Dirección General de Turismo. Están convencidos de que en las dependencias del departamento hay una intensa actividad para actuar a fondo en el sector, y reconocen que ello es complicado después de 40 años sin planificar el desarrollo de una actividad que supone más del 10% del PIB catalán. Aplauden también la intervención, el pasado domingo, del portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal. "Por primera vez se transmitió el mensaje de que el turismo es una política de Gobierno y no de una parte de un departamento", señaló el coordinador general de los hoteleros catalanes, Domènec Biosca. En cambio, están en desacuerdo con el ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla. "El turismo de sol y playa no está agotado. Lo que está desfasado es el modelo de los años sesenta que aún existe en zonas de la costa", afirma el presidente de los hoteleros, Joan Molas.

Los empresarios asumen que si se ha llegado a esta crisis es también por la actitud de buena parte de ellos. Sin embargo, están inquietos porque el tiempo sólo acentúa la crisis. "El Congreso Nacional de Turismo que se celebrará en diciembre será una excelente base para el plan, que debe marcar las directrices. Pero hasta entonces se ha de actuar, y rápidamente para no perder más terreno", advirtió Molas.

Biosca señaló que los textos deben intervenir en los planes de ordenación urbanística de cada territorio y establecer sanciones para las localidades que vulneren su contenido. "Para que todo esto sea posible", añadió, "es preciso que el Gobierno mejore el sistema de financiación municipal".

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