Qurei: "No tengo poder para gobernar"

El primer ministro palestino exige al presidente Arafat más competencias y manos libres

El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, aceptó ayer retirar temporalmente la carta de dimisión presentada el sábado al presidente Yasir Arafat tras la revuelta de Gaza. Qurei tomó la decisión ayer al mediodía después de una tensa conversación con Arafat en la sede de la Mokata de Ramala y en presencia de los demás ministros del Gabinete. El presidente palestino calificó a gritos de "inaceptable" la renuncia del primer ministro. Y el jefe del Ejecutivo le contestó también en voz alta: "No tengo poderes suficientes para gobernar"; "me siento frustrado".

Ante esta situación de bLoqueo, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, aceptó ayer retirar temporalmente la carta de dimisión presentada el sábado al presidente Yasir Arafat tras la revuelta de Gaza. Qurei tomó la decisión ayer al mediodía después de una tensa conversación con Arafat en la sede de la Mokata de Ramala y en presencia de los demás ministros del Gabinete. El presidente palestino calificó a gritos de "inaceptable" la renuncia del primer ministro. Y el jefe del Ejecutivo le contestó también en voz alta: "No tengo poderes suficientes para gobernar"; "me siento frustrado".

Más información

Ante esta situación de bLoqueo, Qurei aceptó volver temporalmente a su cargo. Asume de manera interina las funciones en espera de que el presidente realice las reformas anunciadas en los cuerpos de seguridad, es decir, la fusión de los 13 servicios en tres y el revelo de la cúpula policial.

"Arafat insiste en rechazar su dimisión, y Qurei insiste en dimitir. La crisis continúa", dijo el ministro Saeb Erekat, uno de los testigos del enfrentamiento.

El debate no es nuevo. Desde que la comunidad internacional obligara a Arafat hace dos años a crear el puesto de primer ministro -para cederle parte de sus poderes-, se han producido enfrentamientos. El problema es la falta de atribuciones del cargo. Fue el motivo del cese de Abu Mazen tras 120 días en el cargo, y lo es en esta crisis.

"El presidente Arafat debería tomarse tiempo para escuchar al primer ministro y a otros miembros de la dirección; tomar las decisiones necesarias que permitan colocar la situación bajo control y trabajar con los egipcios, jordanos y la comunidad internacional en la reforma del aparato policial", dijo Kofi Annan, secretario general de la ONU. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el rey Abdalá II de Jordania han enviado mensajes en la misma línea, según círculos diplomáticos.

Criticas de la ONU

El mensaje de Annan a Arafat supone un respaldo al emisario de la ONU en la zona, Terje Red-Larsen, declarado persona no grata por los palestinos después de que en el Consejo de Seguridad criticara el inmovilismo de Arafat y predijera una situación de caos en Gaza.

Mientras que se intenta bajar la tensión en la calle, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) anunció ayer la retirada de un tercio de su personal internacional en la franja de Gaza y su repliegue provisional en Jerusalén.

"Hemos decidido trasladar temporalmente a Jerusalén a 20 de nuestros 60 empleados extranjeros debido al peligro en la entrada y la salida de la franja de Gaza", informó Paul McCann, portavoz de la ONU, y añadió que Beit Hanún, al norte de Gaza, se ha convertido en "una zona de enfrentamientos con activistas palestinos" debido a la presencia de las tropas israelíes en el sector. Estas semanas atrás la citada agencia ya había adoptado una decisión idéntica para con el personal de nacionalidad norteamericana por temor a que fuera secuestrado por las milicias palestinas.

Ayer surgió un nuevo foco de tensión en la región. Ésta vez en la frontera norte de Israel, cuando francotiradores de Hezbolá mataron a dos soldados israelíes apostados al otro lado de la línea de separación. Era la respuesta de la guerrilla fundamentalista libanesa al asesinato de uno de sus cuadros, Ghalib Alawi, perpetrado el día anterior en Beirut, al hacer estallar una bomba en el vehículo en el que viajaba.

El Ejército israelí contestó horas más tarde el asesinato de sus dos soldados. Primero, con una operación aérea sobre una posición de Hezbolá cerca de la frontera, en la que perdió la vida un miliciano, y después, con una incursión de la aviación sobre Beirut. Los aviones rompieron la barrera del sonido sobre la capital libanesa, provocando la alarma de la población.

Más tarde se dirigieron al norte, a las colinas de Nahame, para bombardear los campamentos del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, que lidera Ahmed Jibril. Al parecer, se encuentran abandonados.

El presidente palestino, Yasir Arafat (derecha), junto al primer ministro Ahmed Qurei ayer en Ramala.ASSOCIATED PRESS

Archivado En