Reportaje:LA CULTURA DEL VINO

Vinos de Francia (II)

Burdeos y cabernet, siempre juntos en la referencia de los vinos de calidad del mundo. Cada château, cada cru, cada denominación posee una personalidad única. Sólo en Burdeos hay 53 A.O.C. En la orilla izquierda, Graves representa los orígenes de la viña bordelesa. Este viñedo de fuerte personalidad demuestra la diversidad girondina, de los señores de Pesca-Léognan a los pequeños vendimiadores de Langon. En esta denominación se hacen igual de bien los tintos que los blancos secos.

En el centro de Graves, Sauternes y Barsac conservan los caldos licorosos de la ...

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Burdeos y cabernet, siempre juntos en la referencia de los vinos de calidad del mundo. Cada château, cada cru, cada denominación posee una personalidad única. Sólo en Burdeos hay 53 A.O.C. En la orilla izquierda, Graves representa los orígenes de la viña bordelesa. Este viñedo de fuerte personalidad demuestra la diversidad girondina, de los señores de Pesca-Léognan a los pequeños vendimiadores de Langon. En esta denominación se hacen igual de bien los tintos que los blancos secos.

En el centro de Graves, Sauternes y Barsac conservan los caldos licorosos de la sémillon y de la sauvignon mediante el rito de la podredumbre noble, resultado de la magia de los otoños brumosos.

Al norte está Médoc. Aquí se practica la religión cabernet, variedad rebelde que exige sol para madurar y tiempo para expresarse. De Margaux a Saint-Estèphe, pasando por Saint-Julien y Pauillac, Médoc ofrece algunos de los mejores vinos del mundo. Nombres como Latour, Lafite-Rothschild o Mouton-Rothschild bastan para atizar la imaginación.Estos vinos ilustran el potencial fabuloso de la tierra de Médoc en su apabullante complejidad.En la orilla derecha, pasado el Dordoña y hacia el norte, el Libournais impone la verdad de la merlot, uva opulenta a la vez que amable. En Pomerol y Saint-Émilion, los vinos seducen con aromas de frutos rojos y negros, finura y redondez.

La otra región famosa es la Borgoña, donde los tintos se basan en la pinot noir y los blancos en la chardonnay, aunque existen excepciones. En cuanto a las zonas, hay algunas dedicadas a los blancos, como Chablis, y otras, como la Côte d'Or, que divide sus regiones para dedicarlas al blanco (Côte de Beaune) o al tinto (Côte de Nuits). Los borgoñas tienen mucha personalidad. Los mejores blancos son tan estructurados como los tintos y éstos poseen carnosidad y finura, con aroma entre frutal y floral en su juventud, a cuero y mentolado en su madurez. Son vinos excepcionales, generalmente de larga vida.

Borgoña es quizá la región más difícil de entender y de explicar de todas las zonas productoras. No sólo está compuesta por diferentes regiones -de norte a sur, Chablis, Côte d'Or, con sus dos divisiones, Côte Chalonnaise, Mâconnais, y Beaujolais-, sino que cada una de ellas se subdivide en muchas denominaciones menores hasta el extremo de que una sola viña puede constituir una denominación.

Existe una clasificación oficial de los vinos: en primer lugar los genéricos, blancos o tintos, en cuya etiqueta aparece la palabra Bourgogne; el nivel regional, o village, en donde se menciona la región o comuna; los premier cru llevan junto al nombre del pueblo el de la finca. Los excepcionales, los grand cru, tan sólo mencionan el nombre del pago.

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