OPINIÓN DEL LECTOR

Datos de Osakidetza

El domingo pasado tuve que acompañar al Servicio de Urgencias del Hospital de Cruces a un allegado en situación de extremo agotamiento. Era la primera vez.

El Servicio es un espacio moderno, dotado de la más alta tecnología, coquetamente decorado en tono celeste y con un afán muy loable en la rotulación por promover la lengua minoritaria. Como a todo el mundo, mi desconocimiento me había hecho confiar en las paparruchas autocomplacientes de Osakidetza que airean los medios informativos. Pero nunca es tarde para entablar contacto con la realidad.

Me limito a transcribir los datos ...

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El domingo pasado tuve que acompañar al Servicio de Urgencias del Hospital de Cruces a un allegado en situación de extremo agotamiento. Era la primera vez.

El Servicio es un espacio moderno, dotado de la más alta tecnología, coquetamente decorado en tono celeste y con un afán muy loable en la rotulación por promover la lengua minoritaria. Como a todo el mundo, mi desconocimiento me había hecho confiar en las paparruchas autocomplacientes de Osakidetza que airean los medios informativos. Pero nunca es tarde para entablar contacto con la realidad.

Me limito a transcribir los datos escuetos de la experiencia: dos horas de espera para ser atendido el paciente en primera instancia. Cuatro horas y veinte minutos hasta realizarle un escáner. Cinco horas hasta obtener una comunicación de palabra sobre su estado. Cinco horas y cuarto hasta quedar finalmente ingresado en el centro. De urgencias.

¿Así que ésta es la sanidad del consejero Inclán? Pues, francamente, más parece de Valle-ídem.

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