OPINIÓN DEL LECTOR

Gracias al Reina Sofía

Si en la modernidad el no y la crítica han sido las actitudes al uso, la posmodernidad se caracteriza por la indiferencia y la desidia involuntarias ante todo cuanto acontece en nuestras vidas. Pero, ¿cuándo llegará la época en la que, sin perder el espíritu crítico con las desgracias y los necios, nos dignemos a reconocer y aplaudir la cantidad de cosas y personas buenas que hay a nuestro alrededor? Mi familia y yo hemos estado dos años sufriendo al ver a mi hermano padeciendo una aplasia medular, para cuya cura se exigía un transplante de médula ósea que si bien tenía muchas probabilidades d...

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Si en la modernidad el no y la crítica han sido las actitudes al uso, la posmodernidad se caracteriza por la indiferencia y la desidia involuntarias ante todo cuanto acontece en nuestras vidas. Pero, ¿cuándo llegará la época en la que, sin perder el espíritu crítico con las desgracias y los necios, nos dignemos a reconocer y aplaudir la cantidad de cosas y personas buenas que hay a nuestro alrededor? Mi familia y yo hemos estado dos años sufriendo al ver a mi hermano padeciendo una aplasia medular, para cuya cura se exigía un transplante de médula ósea que si bien tenía muchas probabilidades de éxito por tener un hermano con médula compatible, entrañaba unos riesgos que nos intranquilizaban. El mes pasado se procedió al trasplante en el hospital Reina Sofía de Córdoba y, tras un mes de aislamiento, el viernes le dieron el alta. Si bien el hecho de su recuperación supone ya una inmensa alegría, ésta no sería tal si no hubiéramos sentido el cariño, el cuidado y el interés del equipo de hematología de dicho hospital. A todos los que me han devuelto sano a mi hermano Modesto, a todos los que le han dado el cariño que queríamos darle impotentes tras el cristal aislante, a todos, mil gracias. Mi gratitud y la de mi familia.

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