AVANCES CONTRA EL CÁNCER

Los tratamientos contra dianas moleculares son la gran esperanza

La entrada en escena, hace cinco años, de un primer tratamiento selectivo para el cáncer ha inaugurado una nueva época. La primera targeted therapy o terapia contra dianas moleculares, el trastuzumab, empezó a actuar selectivamente contra el receptor HER-2 y cambió radicalmente el tratamiento de los cánceres que tienen estos receptores, como algunos de mama. Luego le siguió el imatinib, que hizo lo propio con el tratamiento de la leucemia mieloide crónica y de los tumores del estroma gastrointestinal. Y ya hay a punto de comercialización varios fármacos más para ofrecer, siempre que s...

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La entrada en escena, hace cinco años, de un primer tratamiento selectivo para el cáncer ha inaugurado una nueva época. La primera targeted therapy o terapia contra dianas moleculares, el trastuzumab, empezó a actuar selectivamente contra el receptor HER-2 y cambió radicalmente el tratamiento de los cánceres que tienen estos receptores, como algunos de mama. Luego le siguió el imatinib, que hizo lo propio con el tratamiento de la leucemia mieloide crónica y de los tumores del estroma gastrointestinal. Y ya hay a punto de comercialización varios fármacos más para ofrecer, siempre que se pueda, un tratamiento individualizado de los tumores malignos.

Después de una larga travesía del desierto en el tratamiento del cáncer, "estamos tirando del hilo bueno para desenmarañar la madeja molecular de los tumores", afirma Ramon Colomer, jefe del servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología de Girona. "Aunque sigamos utilizando la quimioterapia convencional, los nuevos fármacos son los que van a marcar la diferencia. Además, no son excluyentes, unos son el menú para todos y otros, el servicio a la carta".

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La selectividad de estos medicamentos, dirigidos expresamente contra los receptores tumorales que están presentes en algunos cánceres, es lo que explica que no funcionen en unas personas y sean tremendamente eficaces en otras. "Cuando veo un cáncer no me importa donde se localiza, sino qué es lo que hace, cuáles son sus puntos débiles, por dónde se le puede atacar", afirma Josep Baselga. "El cáncer de mama, por ejemplo, ya no se puede empezar a tratar sin conocer antes los receptores hormonales. Otros, sin embargo, seguimos tratándolos todavía por su localización".

Con las nuevas terapias dirigidas contra las alteraciones moleculares, la clasificación de los cánceres por su localización pierde preeminencia en beneficio de una nueva catalogación molecular que todavía sólo ha empezado a configurarse. "Al final, será la clasificación molecular la más importante y la que quedará", sostiene el oncólogo César Rodríguez, del hospital Universitario de Salamanca.

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