Panasonic cierra su fábrica de aspiradores de Girona y despide a 216 trabajadores

El grupo japonés, que cesó la línea de altavoces en 2002, traslada la producción a China

Nuevo batacazo para el sector de electrodomésticos en España. La multinacional japonesa Panasonic anunció ayer el cierre en diciembre de su fábrica de aspiradores de Celrà (Girona), donde trabajan 216 personas, para trasladar la producción a China. La empresa, que justifica su decisión por la "intensa competencia" y la "caída de precios", ha acumulado unas pérdidas de 6,4 millones de euros en los dos últimos ejercicios. La crisis de Panasonic se suma a los cerrojazos anunciados a principios de año por otras dos multinacionales del sector: Samsung y Philips.

El cierre de Matsushita Elect...

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Nuevo batacazo para el sector de electrodomésticos en España. La multinacional japonesa Panasonic anunció ayer el cierre en diciembre de su fábrica de aspiradores de Celrà (Girona), donde trabajan 216 personas, para trasladar la producción a China. La empresa, que justifica su decisión por la "intensa competencia" y la "caída de precios", ha acumulado unas pérdidas de 6,4 millones de euros en los dos últimos ejercicios. La crisis de Panasonic se suma a los cerrojazos anunciados a principios de año por otras dos multinacionales del sector: Samsung y Philips.

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El cierre de Matsushita Electric España (Maes), comercializadora de la marca Panasonic, es la crónica de una muerte anunciada. A mediados de 2002, la empresa ya cesó la línea de altavoces y dejó a casi un centenar de trabajadores a la calle. Pero la situación en Girona dio un vuelco casi definitivo en enero, cuando la multinacional nipona reveló que el nuevo aspirador E 6000, que inicialmente debería de haberse fabricado en Celrà, se produciría con menos costes en China.

Argumentó entonces la compañía que se trata de un modelo de gama media y que la planta española se reservaba a productos de mayor calidad y con valor añadido. Pero no se comprometió a asignar productos alternativos. En paralelo, la compañía ha ido desviando progresivamente la fabricación de aspiradores al gigante asiático. En 2003 produjo cerca de 650.000 unidades, de las que alrededor de 420.000 correspondían a la planta gerundense, frente a las 800.000 que se habían llegado a fabricar antaño.

Ayer, tras cuatro meses de mantener el incierto futuro de la fábrica de Celrà en vilo, el director de Maes, Norikazu Yamada, reconocía, a través de un comunicado oficial, la imposibilidad de competir en precios con los productos fabricados en países con costes muy inferiores.

Según informó ayer la compañía, las pérdidas acumuladas en la fábrica catalana en los dos últimos ejercicios fiscales (de abril a marzo) alcanzan los 6,4 millones de euros, tras obtener un beneficio neto de poco más de un millón en 2001. En el transcurso de estos tres años, la facturación ha evolucionado claramente a la baja (veáse cuadro), al pasar de un volumen de ingresos de 73,5 millones de euros en 2001, a los 28,4 millones con que cerró el año pasado, tras perder en 2002 la fabricación de altavoces.

Comisiones Obreras acusó ayer a Panasonic de permitir la "muerte lenta" de la fábrica de "manera premeditada y a espaldas de una plantilla que ha demostrado ser altamente competente". Maes se instaló en Cataluña en 1975 y a finales los ochenta, con dos líneas de fabricación de vídeos además de la de aspiradores, llegó a contar con más de 500 empleados.

La compañía manifestó ayer su intención de "hacer todo lo posible" para "asegurar un nuevo empleo" a los 216 trabajadores, el 80% mujeres con una media de edad de 40 años, informa Gerard Bagué. La oferta inicial de la empresa, prevé indemnizaciones superiores a 60 días por año trabajado, más "alguna cantidad adicional", según informó ayer el consejero de Trabajo e Industria del Gobierno catalán, Josep Maria Rañé, quien se reunió con la empresa. Los trabajadores decidirán el lunes si aceptan o no.

Rañé, que calificó ayer el cierre de Panasonic como "muy negativo", explicó que el mismo lunes se reunirá con representantes del Ayuntamiento de Celrà, del Consejo Comarcal y de los sindicatos para poner en marcha un "proceso de generación de empleo alternativo" y "buscar puestos de trabajo" para los afectados por el cierre, que se suman a los 434 de Samung y al cententar de Philips, que baja las puertas en junio.

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