El Ayuntamiento conocía desde 1997 el riesgo de contaminación del Manzanares

Los 260 millones del Plan de Saneamiento fueron insuficientes para evitar la polución del río

El Ayuntamiento de Madrid ya sabía en 1997, cuando se puso en marcha el segundo Plan Integral de Saneamiento, que las aguas residuales del alcantarillado podían llegar al río Manzanares. Esto es precisamente lo que está ocurriendo, como asegura un informe municipal elaborado por la empresa Ginprosa y que califica la situación de "catástrofe medioambiental". Los madrileños han gastado 260 millones de euros en este plan, una cantidad que no ha servido para que funcionen las depuradoras y los colectores de las aguas residuales en las orillas del río Manzanares.

El diseño del plan de saneam...

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El Ayuntamiento de Madrid ya sabía en 1997, cuando se puso en marcha el segundo Plan Integral de Saneamiento, que las aguas residuales del alcantarillado podían llegar al río Manzanares. Esto es precisamente lo que está ocurriendo, como asegura un informe municipal elaborado por la empresa Ginprosa y que califica la situación de "catástrofe medioambiental". Los madrileños han gastado 260 millones de euros en este plan, una cantidad que no ha servido para que funcionen las depuradoras y los colectores de las aguas residuales en las orillas del río Manzanares.

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El diseño del plan de saneamiento, hace siete años, incluía la instalación de unos depósitos subterráneos para evitar que las aguas de los colectores de la orilla del río Manzanares vertieran su caudal contaminado en el río, es decir, ya tenía en cuenta el riesgo de desbordamiento de las aguas residuales.

Este plan costó 260 millones de euros, que no han evitado la contaminación del caudal. A esa cantidad hay que sumar los 195 millones de euros que costó el primer plan, puesto en marcha en 1980, lo que aumenta la cifra invertida en la limpieza del caudal a 455 millones de euros.

El objetivo de ambos era evitar, entre otros aspectos, la contaminación del río Manzanares y mejorar la calidad de sus aguas. Por ello, de los 260 millones de euros del segundo plan, 15 fueron destinados exclusivamente a la mejora del cauce y de los aliviaderos que desembocan en el río.

Precisamente por esos aliviaderos es por donde se vierten las aguas residuales del alcantarillado madrileño, provocando la contaminación del río. La causa, según el estudio municipal, es la obstrucción de los colectores por desperdicios, lo que disminuye su capacidad, y provoca que en días de lluvia, el nivel de las aguas residuales alcance el borde del aliviadero y vaya a parar al Manzanares.

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De los 260 millones del plan, además, 115 se destinaron a la reforma y a la ampliación de la capacidad de las dos depuradoras -La China, Butarque y Sur- que reciben las aguas residuales de los colectores del Manzanares. El informe municipal afirma que estas depuradoras sólo tienen capacidad para un 30% más de caudal de aguas residuales y que en caso de lluvia se desbordan al río. Además, esta cantidad también incluye los costes de construcción de una nueva depuradora en La Gavia, en la zona sur de Madrid.

Factura del agua

El plan se financia en su mayor parte por la factura de agua, concretamente gracias a la tarifa de saneamiento, que va desde 0,26 euros por un gasto de 45 metros cúbicos de agua trimestrales por vivienda, lo mínimo, hasta los 0,30 euros por un gasto de más de 90 metros cúbicos por vivienda.

El Ayuntamiento tiene previsto sufragar así en 50 años los 136 millones de euros que le corresponde del gasto total de 260, compartido con la Unión Europea (89 millones), el Ministerio de Medio Ambiente (29 millones) y el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, que colabora en el gasto con 5 millones de euros.

El Ayuntamiento, que es quien debe realizar las tareas de mantenimiento del alcantarillado y quien fija las tasas que se incluyen en la factura, ha recaudado más de 60 millones de euros en este concepto en el último año. En 1997 el Ayuntamiento anunció que en 2000 la factura subiría un 2% para mejorar el río Manzanares y las alcantarillas de la capital.

El cobro de la tasa de saneamiento ya ha provocado varios enfrentamientos entre el Ayuntamiento y la oposición en el pasado. En 1996, el PSOE recurrió el cobro de esa tasa, ya que entendía que en el periodo de 1991 a 1995 se había amortizado el gasto que el cobro de dicha tasa debía cubrir.

En 1988 ocurrió otro episodio similar. La oposición, por entonces Alianza Popular, pidió la anulación del canon del agua -incluso llegó a presentar una proposición no de ley en la Asamblea de la Comunidad de Madrid-, obligando al entonces Gobierno regional socialista a regular de nuevo la Ley de Abastecimiento y Saneamiento de Agua. El Consistorio, entonces regido por el socialista Juan Barranco, tuvo que anular a su vez una subida prevista de la tasa para financiar el plan de saneamiento.

Más caudales afectados

El río Manzanares no es el único caudal de la Comunidad afectado por las aguas residuales. Ya en 2000, la Comunidad de Madrid anunció que invertiría 63 millones de euros para limpiar 10 de los ríos más grandes de la región. El proyecto, de cinco años de duración, se denomina Plan Coordinado de Actuaciones en Ríos de Madrid y se centra en los ríos Guadarrama, Lozoya, Guadalix, Henares, Tajuña, Cofio, Perales y el Jarama.

De este último, el Gobierno declaró en 2001, en el marco de la elaboración del Plan Hidrológico Nacional, que era "inadecuado para cualquier uso".

A la cantidad mencionada de 63 millones de euros había que añadir otros 84 millones para la construcción de 58 nuevas depuradoras. El objetivo era conseguir el 100% del depurado de las aguas residuales de la región.

La Comunidad dijo hace cuatro años que estos caudales se habían convertido en prolongaciones del alcantarillado de municipios que todavía no limpiaban sus aguas residuales en depuradoras. También alertó de que las orillas se habían convertido en vertederos clandestinos o que habían sido ocupadas por hortelanos de fin de semana, sin licencia para desviar el agua a sus regadíos.

El informe municipal que denuncia el vertido de aguas residuales en el río Manzanares, advierte de que la situación de dos de estos caudales, el Henares y el Jarama, tienen que sumar las aguas negras y fecales de los madrileños a los desperdicios que reciben de los municipios por los que fluyen y que siguen sin depurarse.

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