Aromas de la Alpujarra en la Red

Cuando Francisco Pérez sufrió un amago de infarto en 1999, creyó que su charcutería, situada en pleno barrio granadino del Albaicín, se iría al garete. El médico le había recomendado que dejara de trabajar, que no hiciera grandes esfuerzos; así que el cierre parecía la única opción. Hasta que su hijo Rafael, profesor de informática en una academia privada, le propuso una solución en la que, en principio, no creyó: sacar los jamones de su tienda para colgarlos en la red. "Yo se lo explicaba, pero él no lo entendía", recuerda Rafael, de 37 años. "Ni siquiera sabía lo que era Internet".

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Cuando Francisco Pérez sufrió un amago de infarto en 1999, creyó que su charcutería, situada en pleno barrio granadino del Albaicín, se iría al garete. El médico le había recomendado que dejara de trabajar, que no hiciera grandes esfuerzos; así que el cierre parecía la única opción. Hasta que su hijo Rafael, profesor de informática en una academia privada, le propuso una solución en la que, en principio, no creyó: sacar los jamones de su tienda para colgarlos en la red. "Yo se lo explicaba, pero él no lo entendía", recuerda Rafael, de 37 años. "Ni siquiera sabía lo que era Internet".

El primer paso fue sacar la tienda de la realidad tangible de Calderería Nueva (la conocida calle de las teterías) para convertirla en una simple sucesión de letras y puntos en la que el cuchillo dejó paso al ordenador. Así nació Interjamón (www.interjamon.es), empresa que, tras cinco años de vida, acaba de ganar el premio Exitos.net con el que la Junta de Andalucía premia al mejor proyecto empresarial en nuevas tecnologías.

"Al principio, vendíamos los jamones que mi padre tenía en la tienda", explica Rafael, actual director de comercio electrónico de la compañía y administrador de su página web. "Pero la cosa no iba bien, así que probamos con nuevos proveedores hasta que dimos con el producto: el jamón de Trevélez". Una convocatoria pública fue lo que les catapultó al éxito. El Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE) de Granada ofreció en 2000 unas ayudas para empresas que quisieran formar parte de un centro comercial virtual, el Zocoweb. Su compañía fue seleccionada entre las candidatas. La web de Interjamón comenzó a adquirir notoriedad entre los internautas.

Entre ellos, los responsables del consejo regulador de la denominación de origen Jamón de Trevélez, que, al ver que sus productos se comercializaban en la red, se interesaron por la empresa. "Nos ofrecieron integrarnos en ese organismo como vendedores minoristas", explica el dueño de esta empresa familiar, que sólo cuenta con cinco empleados. Al aceptar se convirtieron en su web oficial.

Este producto de la Alpujarra granadina mueve unos 30 millones de euros al año, de los cuales uno lo obtiene el consejo regulador que lo comercializa. De ese millón de euros, Interjamón se lleva alrededor del 8%, unos 80.000 euros al año, según su propietario. "Vendemos unos 100 jamones al mes, aunque en Navidad los pedidos se incrementan", explica Rafael. Los compradores proceden sobre todo de Madrid, Barcelona y Euskadi "pero últimamente nos piden piezas desde otras zonas del norte del país, como Galicia". Interjamón envía un 10% de sus ventas a países de la Unión Europea, sobre todo a Italia y el Reino Unido, pero en Andalucía, la gente sigue prefiriendo ir a la tienda.

De las tres calidades que la empresa ofrece, el producto más caro es el más vendido, "un síntoma del alto nivel económico de sus compradores", según el empresario. El handicap de no poder ver ni oler el jamón elegido se supera mediante la garantía del consejo regulador. "Si no sale bueno sólo tienen que decírnoslo y nosotros les mandamos otro. Es el veedor del consejo el que controla la calidad de las piezas y las selecciona personalmente".

Los interjamones tienen un precio similar al del mercado (entre los 92 y los 110 euros), con la ventaja de que no hay que cargar con él. Te lo llevan a casa. "El cliente hace su pedido por correo electrónico o teléfono y en un máximo de 48 horas se lo enviamos", explica su director de comercio electrónico. El miedo de algunos clientes a dar el número de tarjeta de crédito les ha obligado a ofrecer otras formas de pago como la transferencia bancaria o el contrareembolso.

La clave del éxito, según Rafael, está el diseño de la página, en la que se da todo tipo de detalles de cada una de las piezas. La garantía del consejo regulador y las facilidades de pago también ayudan. Sin olvidar la publicidad, una de sus principales inversiones. "Si alguien escribe en google o yahoo las palabras jamón de Trevélez, nuestra página aparece siempre entre las primeras de la lista".

El futuro está en la búsqueda de nuevos mercados. La venta al por mayor se presenta ahora como principal objetivo en el que se centran las posibilidades de expansión. "Queremos abrir la página a los hosteleros creando una nueva sección de comercio y empresas", explica el empresario. Pero como en sus inicios la ayuda pública es fundamental. Interjamón no podrá dar el paso hasta que obtenga nuevas subvenciones.