Reportaje:

La suerte argentina de ACS

Ausol reestructura su deuda y Dycasa ampliará el metro de la capital

La recuperación de la economía argentina, después de la crisis 1998-2002, está beneficiando a las constructoras, incluida ACS. La compañía española ha recibido buenas noticias en las últimas semanas. Autopistas de Sol (Ausol), en la que participa en forma indirecta, ha entrado en la fase final de la reestructuración de su deuda en suspensión de pagos desde 2002, y Dycasa, la filial de ACS, ha ganado la subasta para ampliar la red del metro de Buenos Aires.

Ausol es la concesionaria de la autopista de peaje que posibilita el acceso a la capital desde los suburbios del norte, los más prós...

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La recuperación de la economía argentina, después de la crisis 1998-2002, está beneficiando a las constructoras, incluida ACS. La compañía española ha recibido buenas noticias en las últimas semanas. Autopistas de Sol (Ausol), en la que participa en forma indirecta, ha entrado en la fase final de la reestructuración de su deuda en suspensión de pagos desde 2002, y Dycasa, la filial de ACS, ha ganado la subasta para ampliar la red del metro de Buenos Aires.

Ausol es la concesionaria de la autopista de peaje que posibilita el acceso a la capital desde los suburbios del norte, los más prósperos de la megalópolis de 12 millones de habitantes. Su moratoria devino después de la devaluación de 2002 y la congelación de las tarifas, incluidos los peajes, lo que en términos de pesos mantuvo los ingresos iguales y triplicó el pasivo con el exterior, que estaba expresado en dólares.

La filial se ha presentado también a la subasta recién lanzada por Argentina y Paraguay para terminar la central hidroeléctrica de Yacyretá
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Ausol formuló en julio pasado una oferta para reestructurar sus bonos. Ofreció un título sin quita del capital y con un plazo de 10 años, los cinco primeros de gracia. También presentó otra alternativa: un recorte del 40% del capital, menor que el 75% que pide Argentina a sus acreedores, con un plazo de cinco años, uno de gracia, y acciones de Ausol. Al mismo tiempo que se lanzaba la propuesta, cambiaba la composición de la sociedad. Áurea, la subsidiaria de Dragados para el negocio de autopistas y dueña del 45,1% de Ausol, se fusionó con Acesa para formar Abertis, controlada por La Caixa (20,1%) y ACS (11,31%). El 18,5% de Ausol pertenece a la italiana Impregilo y el 6,5%, a Dycasa. Otro 30% está en manos de Citibank.

Apelaciones al convenio

El llamado acuerdo preventivo extrajudicial que ofreció Ausol logró la adhesión de una mayoría de acreedores con el 95% del capital de los bonos, que totalizan unos 490 millones de dólares (395 millones de euros). El mes pasado finalizó el periodo de apelaciones al convenio y sólo se presentó una impugnación, de la asociación Damnificados 2002. Se trata de una veintena de tenedores de 190.000 bonos, sobre un total de 5 millones, que exige el pago del 100% de la deuda con el argumento que así lo establece la legislación en los casos de cambios de titularidad de la sociedad deudora, como ocurrió con Ausol. La Cámara en lo Contencioso-administrativo Federal, un tribunal de segunda instancia, deberá pronunciarse en 60 días.

Ausol es una de las 63 empresas concesionarias o privatizadas que están negociando sus contratos con el Gobierno de Néstor Kirchner. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, prometió al Fondo Monetario Internacional (FMI) finalizar estas discusiones en junio próximo.

ACS, a través de su filial Dycasa, consiguió también el mes pasado que el gobierno de Buenos Aires le adjudicara los trabajos de ampliación de la línea más antigua del subte. La obra, valorada en 26 millones de euros, consistirá en 2,9 kilómetros de vías y cuatro estaciones. Dycasa finalizará este año la construcción de una nueva línea del metro porteño, la sexta de la red, lo que ha supuesto una inversión de 32 millones.

La filial de ACS se ha presentado a la subasta recién lanzada por los Gobiernos de Argentina y Paraguay para terminar las obras de la central hidroeléctrica de Yacyretá, en el límite de ambos países. La presa comenzó a construirse, pero una cadena de historias de corrupción retrasó su inauguración. Aún faltan obras por 48 millones para evitar inundaciones.

La apuesta del Gobierno de Kirchner por la construcción favorece a ACS, pero el nuevo modelo de concesiones de carreteras, no. La compañía española, al igual que otras grandes constructoras argentinas, no se presentó a la subasta de octubre pasado para la renovación de seis concesiones. A diferencia del esquema de negocios vigente desde 1990, el Gobierno decidió que las concesionarias se limitarán a gestionar el cobro del peaje y el mantenimiento de los caminos, mientras que el Estado ejecutará las obras de ampliación y mejoramiento. ACS y las grandes compañías del sector esperan a la subasta de 10.000 kilómetros de carreteras que financiará el Banco Mundial.

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