Reportaje:

La vuelta a la vida de la Ría

El biólogo Javier Franco certifica el avanzado estado de recuperación ambiental del estuario del Nervión

La Ría de Bilbao ya no es lo que era. Pero para bien. El deterioro del agua y sus fondos, debido a la industrialización y a la alta densidad de población en sus márgenes (la mayor de toda la cornisa cantábrica), la convertían en un lugar poco higiénico y nada atractivo. Como muchos recuerdan, hace poco lo que se veía desde la Ría del Nervión no eran sino las traseras de las viviendas. ¿Quién querría vivir asomado a ese agua oscura y sucia?

Ahora, las viviendas más lujosas de Bilbao, el terreno más codiciado, está a orillas de la ría. De un vertedero líquido a una arteria fundamental, de...

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La Ría de Bilbao ya no es lo que era. Pero para bien. El deterioro del agua y sus fondos, debido a la industrialización y a la alta densidad de población en sus márgenes (la mayor de toda la cornisa cantábrica), la convertían en un lugar poco higiénico y nada atractivo. Como muchos recuerdan, hace poco lo que se veía desde la Ría del Nervión no eran sino las traseras de las viviendas. ¿Quién querría vivir asomado a ese agua oscura y sucia?

Ahora, las viviendas más lujosas de Bilbao, el terreno más codiciado, está a orillas de la ría. De un vertedero líquido a una arteria fundamental, después de sufrir de las más espectaculares transformaciones de los últimos años. Y que aún no ha finalizado.

"La Ría ofrece ahora diversidad de usos que hace 20 años serían impensables"

La recuperación de la vida de la Ría de Bilbao, su "vuelta a la vida", es el tema de la ponencia que hoy (20.00) imparte Javier Franco (Bilbao, 1966), doctor en biología e investigador del Departamento de Oceanografía y Medio Ambiente de la Fundación Azti, además de uno de los mejores conocedores de este estuario, ya que coordina el estudio para su seguimiento ambiental para el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia. Con la ponencia se clausura el ciclo de conferencias El mar: presente y futuro, organizado por Azti y la Fundación Sabino Arana (sede de las Juntas Generales de Vizcaya, entrada libre).

La conclusión del biólogo es clara y concisa: "La Ría de Bilbao está experimentando un claro proceso de recuperación". Esta mejora se manifiesta tanto en el estado de las aguas y de los sedimentos, como en las comunidades de organismos vivos, que "son cada vez más abundantes".

¿Es una utopía que se llegue a ver el fondo de la Ría desde alguno de los puentes de Bilbao? Javier Franco afirma que esta situación ideal no podrá darse. Pero no por la calidad de las aguas, sino debido a la condición de estuario. "En los estuarios, incluso aunque la calidad del agua sea buena, los ríos suelen traer material en suspensión, y eso hace que no sea fácil ver el fondo. El Támesis, por ejemplo, que es un estuario también recuperado desde el punto de vista ecológico, se ve turbio a su paso por Londres. Hay que tener en cuenta que al estuario llega todo lo que arrastra el río", explica. Para que un profano aprecie mejor la recuperación de la ría, Franco recomienda visitar la zona exterior del estuario, la del Abra, aunque "donde se están viendo más cambios es en el interior", que es dónde estaba peor el agua. "El estuario abarca desde el barrio bilbaíno de La Peña hasta Punta Lucero", indica.

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La imagen de bañistas en el cauce de la ría tampoco parece cercana. "Aunque la contaminación haya disminuido mucho, aún sigue habiendo contaminantes. Personalmente, teniendo zonas costeras cercanas, donde el agua se renueva constantemente, no me parece lo más recomendable el baño en la ría".

El biólogo se muestra encantado, "como bilbaíno y como científico", por la regeneración de la ría, que actualmente ofrece "una gran diversidad de usos, cosas que hace 20 años serían impensables". La recuperación de la ría comenzó en 1979, cuando se puso en marcha el Plan Integral de Saneamiento del Gran Bilbao. "La mejora ha sido progresiva, aunque quizá cuando se ha notado una gran mejoría ha sido a partir del año 2000, a raíz de que en la depuradora de Galindo entrara en funcionamiento el tratamiento biológico en la depuración", apunta Franco.

El Consorcio de Aguas realiza un seguimiento mensual del recorrido de la ría y recoge muestras en ocho zonas del agua de la superficie y de la del fondo, según explica Franco. También su equipo recoge muestras tres veces al año para determinar la calidad de las aguas, de los sedimentos y el tipo de fauna que existe.

Más plantas y animales son la prueba de la mejora del agua. "Los seres vivos habían desaparecido porque el agua estaba tan contaminada que no tenían oxígeno para respirar. Ahora, además de mubles, se pueden encontrar carpas, mojarras, anguilas. Si un día viéramos un salmón, sería maravilloso", comenta. También se han recuperado especies de aves que acuden a pasar el invierno procedentes del centro o el norte de Europa, como el cormorán. Aunque nunca desaparecieron del todo, "ahora acuden en más cantidad y entran a zonas más del interior".

Franco destaca las iniciativas de las instituciones que "han acercado la ría a los ciudadanos", como el Museo Marítimo de Bilbao, el Aquarim del Abra (en el Puerto Deportivo de Getxo) o las escuelas de pesca. El bilógo no puede decir cuando se habrá finalizado el proceso de recuperación. "Un estuario es un ecosistema muy complejo. Todavía faltan algunos años de mejoría hasta que lleguen las condiciones de estabilización".

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