Análisis:

La medida de todas las cosas

De los fondos que invierten en renta fija de los países emergentes suele hablarse mucho menos que de los que lo hacen en renta variable. Ésta, como es bien sabido, excita mucho más la imaginación, y es la caída de las bolsas de los países emergentes, o la subida fabulosa que en ocasiones exhiben, lo que se asocia normalmente con la inversión en esas regiones.

Sin embargo, los fondos que invierten en renta fija de los países emergentes tienen una vida muy ajetreada, pues es ese tipo de activo el que sufre las consecuencias de un eventual repudio de la deuda pública, o de las subsiguiente...

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De los fondos que invierten en renta fija de los países emergentes suele hablarse mucho menos que de los que lo hacen en renta variable. Ésta, como es bien sabido, excita mucho más la imaginación, y es la caída de las bolsas de los países emergentes, o la subida fabulosa que en ocasiones exhiben, lo que se asocia normalmente con la inversión en esas regiones.

Sin embargo, los fondos que invierten en renta fija de los países emergentes tienen una vida muy ajetreada, pues es ese tipo de activo el que sufre las consecuencias de un eventual repudio de la deuda pública, o de las subsiguientes negociaciones en las que la quita o reducción de la cantidad a devolver es algo que se da por descontado.

En esta misma semana se ha estado renegociando la deuda argentina, mientras los acreedores de ese país hacían público su rechazo a las condiciones que quería imponer el Gobierno de Kirchner. Sin embargo, situaciones de este tipo, que en otros momentos han dado lugar a tensiones en los mercados de deuda emergente, no afectaron en esta ocasión más que a la Bolsa de Buenos Aires, que cayó el 7% en un día.

A pesar de eso, y desde hace algo más de 15 días, los fondos de renta fija emergente han venido perdiendo parte del lustre que los caracterizó a lo largo de 2003. Lustre que venía a su vez condicionado por la buena evolución de lo que se considera la medida de todas las cosas en este tipo de mercados: el diferencial de tipo de interés que pagan los Gobiernos o las empresas de mercados emergentes por encima de lo que rendiría la deuda del Gobierno norteamericano en idéntico plazo. Ese plus de rentabilidad que se exige a todos lo prestatarios se basa en la general aceptación de que el Gobierno de EE UU es el que tiene la máxima calidad crediticia y, por tanto, el coste del endeudamiento debe ser más elevado para todos los demás.

Lo que ha originado la caída de la rentabilidad de los fondos de renta fija emergente global en las últimas dos semanas ha sido el comunicado emitido a finales de enero por la Reserva Federal, tras la reunión de su comité de gobernadores. En él había un matiz que le hacía aparecer algo más proclive que en ocasiones anteriores a la subida de tipos de interés de corto plazo, algo que provocó una caída en casi todos los mercados, de renta fija y variable, de la que muchos se han recuperado ya.

En el caso de los fondos de renta fija emergente, esa caída de precios estaba aún más justificada, al estar denominados en dólares la mayoría de los bonos en los que invierten y provocó que el diferencial que este tipo de bonos rinde por encima de los del Tesoro norteamericano subiera de 3,71% (su nivel más bajo desde 1997) a casi 4,30%. Esta reacción, a su vez, llevaba algo de cordura al comportamiento de los bonos de países emergentes que, contrariamente a lo que suele ser habitual, y en un movimiento que parecía desdeñar la calidad crediticia, vieron estrecharse el diferencial en vez de ampliarlo.

En cualquier caso, la rentabilidad media de los fondos que invierten en renta fija de los países emergentes fue, en 2003, del 6,75%, si se mide en euros, y del 28,32%, si se mide en dólares.

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