La cantera de Mondragón donde se detectó silicosis pide ampliar su actividad

El Ayuntamiento deberá decidir en una próxima comisión si prorroga la actividad

La cantera San Josepe Bi, ubicada en Mondragón y en la que se han detectado tres casos de silicosis en otros tantos trabajadores, ha pedido al Ayuntamiento la ampliación de su actividad para la extracción de 1,5 millones más de toneladas, lo que supondría al menos cerca de seis años de incremento del plazo. El Ayuntamiento debe decidir si acepta la propuesta, puesto que la licencia de actividad de San Josepe concluye el 27 de abril. El asunto se podría tratar en los próximos días en una comisión municipal.

Esta explotación de caliza saltó a la palestra el pasado noviembre cuando se cono...

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La cantera San Josepe Bi, ubicada en Mondragón y en la que se han detectado tres casos de silicosis en otros tantos trabajadores, ha pedido al Ayuntamiento la ampliación de su actividad para la extracción de 1,5 millones más de toneladas, lo que supondría al menos cerca de seis años de incremento del plazo. El Ayuntamiento debe decidir si acepta la propuesta, puesto que la licencia de actividad de San Josepe concluye el 27 de abril. El asunto se podría tratar en los próximos días en una comisión municipal.

Esta explotación de caliza saltó a la palestra el pasado noviembre cuando se conoció que tres trabajadores, uno de ellos con sólo seis años de antigüedad, habían contraído silicosis -la enfermedad pulmonar clásica de las minas- en primer grado debido a una excesiva exposición al polvo de sílice. Todos ellos habían trabajado en San Josepe menos de 20 años, periodo que el Instituto Nacional de Silicosis considera el mínimo para contraer la enfermedad.

El estudio de este organismo, realizado en noviembre de 2002, determinó que se habían duplicado los valores límites de exposición al polvo. En concreto, la barrera está fijada en 2,5 mg/m3 y en dos puestos de barrenistas el valor llegó hasta los 4,7 y 5,6 mg/m3. Además, apreció nada menos que nueve deficiencias en materia de prevención de riesgos laborales por polvo de sílice, como el hecho de que, de las dos perforadoras existentes, una carece de captador de polvo y la otra lo tiene averiado o también las numerosas fugas de polvo en otras instalaciones.

La empresa, que ha mantenido que adoptó en todo momento todas las medidas de prevención, negocia desde el pasado año con el ayuntamiento de Mondragón una prórroga a su actividad, que concluye el 27 de abril. La gerente de la cantera, Bienvenida Martínez, justifica la ampliación de la explotación en que aún no se ha llegado a las cotas establecidas en el acuerdo.

Fuentes municipales confirmaron que la cantera plantea la extracción de otros 1,5 millones de toneladas, lo que supondría al menos seis años más de actividad. El consistorio quiere implantar un polígno industrial en la zona donde se ubica la explotación, según se contempla en el plan urbanístico del municipio. La cantera, con una plantilla actual de 22 trabajadores, cuenta con una planta de hormigón que se mantendría en el futuro parque industrial. Permitiría mantener siete u ocho puestos de trabajo pero el resto se deberían suprimir.

Los grupos municipales deben estudiar en una próxima comisión de Urbanismo el informe técnico sobre el futuro de la cantera y el área en el que se encuentra ubicada. Precisamente en esta zona transcurrirán en poco más de un año dos túneles de la nueva autovía Eibar-Vitoria, que saldrán en Mondragón por el extremo sur de la cantera.

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El Ayuntamiento de Mondragón instó a la empresa, por carta el 26 de mayo pasado, a la presentación a la "mayor brevedad posible" del proyecto y calendario de desalojo y recuperación de la cantera. Desde junio de 2002, un decreto del Gobierno Vasco obliga a estas explotaciones a acometer planes de restauración, bajo la amenaza de cierre. El Departamento de Industria ha asegurado que San Josepe Bi ha cumplido este requisito y depositado un aval del 80% del presupuesto de restauración.

El consistorio mondragonés solicitaba, en su misiva, el plan de urbanización de la zona, el proyecto de la junta de compensación -hay tres propietarios: la Iglesia, el consistorio y la propia empresa-, las fases de recuperación, el cese de la explotación y la fecha de la última voladura, el desalojo y el inicio de la urbanización y la construcción de los pabellones. La empresa no ha contestado desde entonces debido a su intención de continuar con la explotación de la cantera, como así lo ha solicitado al ayuntamiento.

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