Reportaje:

Un trozo del muslo late en el corazón

Un infartado recibe células madre musculares de su propia pierna para mejorar su función cardiaca

Manuel Jaramillo Díaz ha sufrido, sin enterarse, cuatro infartos. "Cuando me lo dijeron los médicos, aluciné. Pensándolo bien, sí recordé haber sentido malestar en el pecho hace dos años. Pero de los otros tres, ni idea". Lo que sí notó este agente comercial, de 61 años, nacido en Badajoz, residente en Getafe, casado, con tres hijas y una nieta, era que su salud empeoraba: "Me agotaba con todo y el malestar me embargaba cada vez con más frecuencia".

Fue una revisión médica en su empresa la que detectó hace un año los problemas en su corazón. No eran leves: casi un 30% de sus células car...

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Manuel Jaramillo Díaz ha sufrido, sin enterarse, cuatro infartos. "Cuando me lo dijeron los médicos, aluciné. Pensándolo bien, sí recordé haber sentido malestar en el pecho hace dos años. Pero de los otros tres, ni idea". Lo que sí notó este agente comercial, de 61 años, nacido en Badajoz, residente en Getafe, casado, con tres hijas y una nieta, era que su salud empeoraba: "Me agotaba con todo y el malestar me embargaba cada vez con más frecuencia".

Fue una revisión médica en su empresa la que detectó hace un año los problemas en su corazón. No eran leves: casi un 30% de sus células cardiacas habían muerto y, además, tenía varias arterias taponadas. Necesitaba urgentemente cuatro bypass. Los médicos del hospital madrileño Gregorio Marañón, sin embargo, pensaron que podían intentar algo más: regenerar las zonas muertas de su corazón.

El organismo no es capaz de sustituir las células cardiacas muertas por otras nuevas, algo que sí hace el resto de músculos del cuerpo. Por eso, la medicina investiga una nueva forma de ayudarle en esta tarea: implantar en el corazón células madre musculares procedentes del muslo. El Gregorio Marañón es uno de los 11 hospitales que investigan, en un proyecto dirigido por la Clínica Universitaria de Navarra, este posible tratamiento.

"Por ahora hemos conseguido que las células del muslo echen raíces y se reproduzcan", explica José Luis Vallejo, jefe de Cirugía Cardiovascular del Gregorio Marañón. "Las células viven, se reproducen y el corazón mejora su ritmo cardiaco, pero no sabemos qué parte se debe al bypass y cuál a las células", añade. Jacobo Silva fue el cirujano que extrajo un trozo de músculo de ocho centímetros de longitud. "Este trozo se sumerge en plasma del propio paciente para que las células se reproduzcan sin riesgo de rechazo", explica. La Clínica Universitaria de Navarra es la que realiza este proceso. El resultado son cinco centímetros cúbicos de caldo muy rico en células musculares: más de 300 millones. Aprovechando la operación de bypass, que Jaramillo sufrió a corazón abierto el pasado 7 de octubre, las células fueron inyectadas en su corazón. "Hoy me siento mucho mejor que antes de la operación. Ando mucho más ligero. Lo que han hecho los médicos conmigo es una maravilla", proclama.

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