EE UU y Brasil abren un diálogo sobre el libre comercio en América

El contencioso entre los dos gigantes del continente amenaza el acuerdo

El éxito o fracaso del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), previsto para 2005, depende en gran medida de si Estados Unidos y Brasil logran hoy superar su antagonismo en una reunión preliminar a la ronda final de negociaciones, que se celebrará en Miami a mediados de mes. El contencioso se ha centrado desde hace meses en el sector agrícola, pero las raíces del desencuentro son más profundas.

El gigante del sur pugna con el del norte por el liderazgo del continente. Cuando Washington impulsó hace nueve años la creación del ALCA, un mercado potencial de 800 millones de person...

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El éxito o fracaso del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), previsto para 2005, depende en gran medida de si Estados Unidos y Brasil logran hoy superar su antagonismo en una reunión preliminar a la ronda final de negociaciones, que se celebrará en Miami a mediados de mes. El contencioso se ha centrado desde hace meses en el sector agrícola, pero las raíces del desencuentro son más profundas.

El gigante del sur pugna con el del norte por el liderazgo del continente. Cuando Washington impulsó hace nueve años la creación del ALCA, un mercado potencial de 800 millones de personas y más de 13 billones de dólares, Latinoamérica vio las puertas de la prosperidad económica. La región estrenaba políticas neoliberales que muchos consideraban la panacea del desarrollo. La realidad, sin embargo, fue aplastando el optimismo original y, tras las crisis de fines de los noventa, hoy lo que predomina es el escepticismo sobre la fórmula estadounidense, al menos a nivel popular. El entramado de alianzas e intereses de los gobiernos es otro capítulo. EE UU y Brasil están en una batalla de última hora por conseguir amigos.

Tres cuartas partes del pueblo latinoamericano prefiere la integración regional en vez de un bloque comercial dominado por EE UU, de cuyas intenciones desconfía, según recientes sondeos de opinión. En esa coyuntura, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha presentado como la alternativa. "El ALCA equivaldría a la anexión económica a EE UU", ha declarado. El desafío de Lula cobró fuerza en la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún. La reunión se desplomó por la exigencia de Brasil, China e India de que los países ricos, léase EE UU, la UE y Japón, redujeran los subsidios agrícolas y las tarifas de exportación.

Planes alternativos

Pero George W. Bush también dispone de planes alternativos que marginarían a Brasil, tales como firmar un pacto hemisférico que lo excluyera, o acuerdos bilaterales preferenciales. Ambas opciones cuentan, en estos momentos, con más respaldo entre los gobiernos latinoamericanos que las propuestas de Lula de formar un frente común con las economías fuertes de la zona. La razón es simple, explica el director de Política Latinoamericana del Center for Strategic and International Studies, Miguel Díaz: "La mayoría de los países, especialmente los menos desarrollados, ganan más con el ALCA".

Brasil también ganaría más con una integración comercial hemisférica, subrayan Díaz y otros expertos, pero insiste en desafiar a EE UU por una "cuestión de prestigio". Sea por imagen o no, lo cierto es que el Gobierno de Brasilia ha estado apostando fuerte. El embajador brasileño en EE UU sostuvo hace una semana en Miami: "O Washington hace concesiones o no nos vamos a doblegar".

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De forma similar se ha pronunciado Celso Amorin, ministro de Exteriores. Esta tarde, el ministro de Exteriores, Amorin, se reúne con el representante comercial de Bush, Robert Zoellick, y pondrá sobre la mesa un plan "más flexible", de acuerdo a fuentes próximas a la negociación.

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