Reportaje:DÉCIMO ANIVERSARIO DE CARTUJA 93

Una camilla motorizada

La empresa Medlog, creada en febrero de 2000, nació sobre una camilla. Y también de la experiencia de Samu, una firma dedicada al transporte de pacientes críticos. "El doctor Álvarez Leiva tuvo la idea de desarrollar una camilla que incorporase, además del paciente, todo el equipo necesario", recuerda el director gerente de Medlog, Jesús María Moreno Zamora.

Esa imagen clásica de las películas en las que un tropel de auxiliares, enfermeros, médicos y celadores corren tras una camilla donde va un paciente crítico mientras sujetan en la mano sueros, desfribiladores, oxígenos, respiradores...

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La empresa Medlog, creada en febrero de 2000, nació sobre una camilla. Y también de la experiencia de Samu, una firma dedicada al transporte de pacientes críticos. "El doctor Álvarez Leiva tuvo la idea de desarrollar una camilla que incorporase, además del paciente, todo el equipo necesario", recuerda el director gerente de Medlog, Jesús María Moreno Zamora.

Esa imagen clásica de las películas en las que un tropel de auxiliares, enfermeros, médicos y celadores corren tras una camilla donde va un paciente crítico mientras sujetan en la mano sueros, desfribiladores, oxígenos, respiradores o bombas de infusión es real. Ocurre cada día en los hospitales. Al médico del Samu se le ocurrió la idea de integrar todo ese arsenal clínico necesario en la misma camilla donde se traslada al paciente y nació la camilla automotriz medicalizable. Medlog se constituyó un año después, en febrero de 2000, cuando la idea se había madurado en colaboración con personal de la universidad.

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El primer prototipo se presentó en 2000 en una feria mundial. Se vendieron cuatro unidades. "Pero no era muy adecuada para ambulancias", reconoce Moreno. Así que decidieron perfeccionar el modelo para adaptarlo a los vehículos de transporte urgente. La nueva versión cuesta alrededor de 8.000 euros, frente al millar de una camilla convencional.

El diseño de Medlog, en su segunda versión, se ha aligerado y ha dado lugar al diseño de una ambulancia "de nueva generación" que ofrece un "innovador" sistema de transporte interhospitalario de pacientes críticos. Un sector donde las evoluciones tecnológicas no se suceden con gran rapidez, según la empresa.

Lo más destacable es el portacamillas automotriz, un mini vehículo propulsado eléctricamente que puede transportar al paciente y a los equipos que le proporcionan el soporte vital. Está dotado de suspensión en las cuatro ruedas y se maneja de forma similar a una motocicleta. Además, cuenta con un sistema de suspensión acoplado a la parte trasera que facilita el acceso al interior del vehículo y una rampa construida con materiales ultraligeros que se despliegan de forma manual con facilidad.

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Además de la ambulancia y la camilla, que se están utilizando ya en el transporte de pacientes, Medlog ha diseñado un remolque para quads para el rescate en lugares difíciles donde no pueden acceder otro tipo de vehículos. Agentes de la Guardia Civil de Tarifa (Cádiz) están probando sobre el terreno el primer prototipo del remolque.

Los secretos del Carambolo

El Centro Nacional de Aceleradores es una de las grandes joyas del parque tecnológico de la Cartuja. Sigue siendo, desde que se abrió en 1999, el único de España y se ha reforzado este año con la instalación de un ciclotrón, de gran valor para pruebas diagnósticas médicas.

El acelerador de partículas es una herramienta sofisticada y versátil que extiende su utilidad al campo de la física nuclear, el medio ambiente, la biomedicina o la arqueología. Tal vez su trabajo de más relumbrón esté, además, por llegar. Será el examen de las soldaduras empleadas en el tesoro del Carambolo, un conjunto tartésico de gran valor que será desplazado hasta el recinto de la isla de la Cartuja para ser sometido al potente análisis del acelerador.

El Carambolo ya fue examinado aprovechando una exposición sobre Argantonio. En aquella ocasión, recuerda el director del Centro, Miguel Ángel Respaldiza, se estudió la composición de los materiales con un equipo portátil que permitió corroborar "las hipótesis de los arqueólogos de que había tres tipos de piezas de oro en el tesoro".

El segundo examen permitirá descubrir si existen paralelismos con la orfebrería etrusca a través del análisis de las soldaduras.

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