Barceló acaba su 'Divina comedia', aunque no quiso leer la obra de Dante

Miquel Barceló (Felanitx, 1957) presentó ayer Paraíso, tercer tomo de la Divina comedia de Dante (1265-1321), editada por Círculo de Lectores con ilustraciones del artista por el 40º aniversario de la editorial, y sorprendió a todos con una sencilla confesión: "Lo contrario de lo que quería era ilustrar, así que no he leído la obra entera. Sí he visto muchas ilustraciones de otros artistas, de Boticelli, Brake o Doré, y ése fue mi apoyo principal. Era más rápido ver que leer, pero procuraba leer a posteriori. Los versos de la Divina comedia me gustan mucho, pero no ...

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Miquel Barceló (Felanitx, 1957) presentó ayer Paraíso, tercer tomo de la Divina comedia de Dante (1265-1321), editada por Círculo de Lectores con ilustraciones del artista por el 40º aniversario de la editorial, y sorprendió a todos con una sencilla confesión: "Lo contrario de lo que quería era ilustrar, así que no he leído la obra entera. Sí he visto muchas ilustraciones de otros artistas, de Boticelli, Brake o Doré, y ése fue mi apoyo principal. Era más rápido ver que leer, pero procuraba leer a posteriori. Los versos de la Divina comedia me gustan mucho, pero no me inspiran directamente".

Viendo sus maravillosos dibujos, importa poco lo demás: él mismo eligió el texto y se nota que es verdad lo que dijo después: "He vivido estos últimos tiempos instalado en un estado de Divina comedia. Ha sido un proyecto confuso a veces, y por eso ni quería firmar el contrato, no sabía si acabaría. Quería una sola obra, no tres distintas. Seguí la frase de Bataille: 'El gargajo de Dios'. Empecé en el fango, la oscuridad, y de ahí intenté decantar la transparencia, la luz dentro de la luz. El Paraíso es pura luz".

Caballos crucificados, ángeles en descomposición, santos de creación estrictamente personal, esqueletos que son árboles, pateras que se hunden llenas de gente, algún autorretrato... Barceló ha dejado volar la imaginación con libertad para mirar y renovar a su manera la obra de Alighieri en esta edición bilingüe (traducción al español de Ángel Crespo y al catalán de Josep Maria de Sagarra, en Cercle de Lectors), de la que se han tirado 20.000 ejemplares y que se presenta en formato de 23x31,5 centímetros, papel Oria, con guardas realizadas por el artista (también ha trabajado en la maqueta) y encuadernación en tela Iris con sobrecubierta.

El premio Príncipe de Asturias de las Artes (lo recogerá el 24 de este mes en Oviedo), que expondrá los originales de esta obra en el Louvre entre abril y junio de 2004, contó que se acercó a la Divina comedia como a "una obra laica, artística, no religiosa". "Es extraña tanta pintura mía sobre temas religiosos", añadió en referencia a sus pinturas en la catedral de Palma, "porque no tengo la más mínima relación". ¿Y dónde ha estado más cómodo, en el Infierno, el Purgatorio o el Paraíso? "Me sentí muy cómodo en el Infierno, y del Paraíso no me apetecía nada salir. Podría haber seguido años".

[Barceló dialogará hoy, a las 20.00, con Rafael Moneo en el Museo Reina Sofía, en un acto organizado por la Fundación Silos.]

Miquel Barceló, ayer, al presentar Paraíso en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ
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