Reportaje:

Un verano con los pies en el chapapote

Los bañistas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco sufren con resignación las manchas de fuel del 'Prestige'



Reportaje elaborado con información de Xosé M. Pereiro, Yolanda Montero, Cecilia Jan y Mario Bango....

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Reportaje elaborado con información de Xosé M. Pereiro, Yolanda Montero, Cecilia Jan y Mario Bango.

Protestas en Asturias

En la playa del Aguilar, una de las más apreciadas y concurridas de Asturias, situada en el municipio de Muros del Nalón, estuvo totalmente prohibido el baño durante dos jornadas a finales de julio, en plena temporada veraniega, por la masiva presencia de restos de la carga del Prestige. Un total de 63 playas asturianas han sufrido este verano los embates del galipote, que es como se llama allí. Una cifra que dobla a la de Galicia.

"Lo grave no es lo que ha pasado sino la sensación negativa que van a llevarse muchos visitantes de que tantos meses después el litoral todavía siga afectado" afirma Carlos Nava, presidente de la Federación de Turismo Rural de Asturias. Todos los operadores confirman que se han reducido de manera muy apreciable las reservas este año en julio. Agosto, sin embargo, será un buen mes, o eso parece.

La limpieza ha provocado polémicas. El miércoles pasado, nueve playas del turístico concejo de Llanesaparecieron acordonadas por la mañana con un aviso de Tragsa, la empresa pública dependiente del Ministerio de Medio Ambiente encargada de la limpieza de las costas, en el que se anunciaba el cierre temporal "debido al alto contenido tóxico de las aguas y de la zona intermareal". Pero Tragsa no puso esos carteles. Fueron sus trabajadores, enfadados porque las autoridades ocultan el mal estado de la costa asturiana. "Quieren que estemos bien a la vista en las playas con bañistas, vestiditos con las fundas blancas, las bolsas de residuos y las pegatinas de Medio Ambiente. Hay calas llenas de galipote sin limpiar porque nadie las visita", dijeron en un comunicado.

Los marineros siguen retirando fuel del agua. Y están desesperados. "Es una pesadilla que no nos hemos quitado de encima este año; no hay manera", corrobora Juan Fernández, que se baña a diario en las aguas próximas a la desembocadura del río Nalón, en el centro de Asturias.

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