La prolongada ola de calor ha causado ya la pérdida del 10% de la cosecha de cítricos

Las altas temperaturas han hundido el mercado de las hortalizas por exceso de oferta

La prolongada ola de calor comienza a tener efectos irreversibles en la agricultura y ganadería valenciana. Al menos un 10% de la producción de cítricos ya se ha perdido, un perjuicio que, según estimaciones de la organización Jóvenes Agricultores, alcanza al 30% de la cosecha de la Vega Baja. En las comarcas de Castellón, la variedad más perjudicada es la clementina. El clima tampoco es favorable a los cultivos de hortalizas. El fuerte calor impide la recogida escalonada de la cosecha, extremo que ha acarreado una excesiva oferta y, por ende, la caída de precios.

Los daños a causa de l...

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La prolongada ola de calor comienza a tener efectos irreversibles en la agricultura y ganadería valenciana. Al menos un 10% de la producción de cítricos ya se ha perdido, un perjuicio que, según estimaciones de la organización Jóvenes Agricultores, alcanza al 30% de la cosecha de la Vega Baja. En las comarcas de Castellón, la variedad más perjudicada es la clementina. El clima tampoco es favorable a los cultivos de hortalizas. El fuerte calor impide la recogida escalonada de la cosecha, extremo que ha acarreado una excesiva oferta y, por ende, la caída de precios.

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Los daños a causa de las insólitas temperaturas ya son cuantificables. El excesivo calor ha comportado una "importante" caída del fruto pequeño de los cítricos que, según la Unión de Llauradors-Coag, se estima en un porcentaje medio de un 10%. No obstante, la cifra varía según las variedades, ya que en el caso de las clementinas de Castellón, el daño es significativo. "Esperemos que, en general, las pérdidas no superen el 10%", señaló Joan Brusca, secretario general de la organización agraria. No obstante, según el sindicalista, habrá que esperar hasta entrado el mes de agosto para conocer el alcance real de las pérdidas.

Las altas temperaturas han supuesto un duro varapalo para los agricultores después de una campaña que se preveía "excelente" tras la "exagerada" floración experimentada por los árboles frutales en esta cosecha. Si persiste la ola de calor la campaña será desastrosa, advierte la organización.

El clima tampoco ha favorecido este año al cultivo de las hortalizas. El calor ha permitido anticipar la recogida rompiendo así el escalonamiento de las diferentes cosechas. "La excesiva oferta ha provocado la caída de los precios", apunta la Unió. Así, el pepino, el tomate e, incluso, el calabacín y las judías han visto reducido sus precios "por debajo de lo deseable" y las ganancias "no cubren ni siquiera los costes de producción". El cultivo que, en cambio, se ha visto favorecido a causa del calor ha sido la sandía, de forma que la elevada demanda ha repercutido inmediatamente en la subida de los precios -entre 0,24 y 0,27 euros el kilo.

Estos daños se suman así a los 30 millones de euros de pérdidas como consecuencia del pedrisco caído el pasado miércoles en el Camp de Túria y L'Horta Nord. Según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), el granizo dañó unas 8.000 hectáreas de cítricos con un daño medio del 40% por la caída del fruto como por los impactos en madera y hojas, con unas pérdidas calculadas en 25,8 millones de euros. Respecto a la sandía, la intensidad de la piedra afectó a unos 400 hectáreas con unos daños económicos superiores a los 1,45.

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800.000 pollos asfixiados

La ganadería tampoco ha salido indemne del intenso calor. Uno de los sectores donde las pérdidas comienzan a ser multimillonarias es en la cría del pollo. El alto calor de julio cogió desprevenidos a los granjeros, de forma que el elevado ratio de pollos por metro cuadrado causó una elevada mortandad por asfixia de estos animales, en concreto 800.000 aves.

Castellón, con 406 granjas de las 706 que existen en la Comunidad Valenciana, es la provincia más afectada. La Unió apunta a que ésta es la peor campaña que se recuerda para los granjeros valencianos desde 1994, año en que perecieron cerca de dos millones de pollos. La pésima campaña ha provocado una disparada subida de los precios que se ha establecido en torno a los 1,20 euros el kilogramo.

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