Sólo placer

Viajar al panorama vitivinícola navarro es descubrir la grandeza y diversidad de sus valles y la gente que se esfuerza por elaborar vinos tintos, demostrando una vez más que Navarra es algo más que el mosto rosado. Los mostos negros de calidad son una realidad desde hace años en Navarra.Más de una vez hemos comentado que los vinos de calidad nacen en ese triángulo maravilloso en el que concurren terreno, clima y variedad de uva, pero siempre y cuando el componente humano sepa aclimatarse al entorno. En Bodegas Guelbenzu, la familia tiene claro que los tres elementos son sus aliados, en los vin...

Viajar al panorama vitivinícola navarro es descubrir la grandeza y diversidad de sus valles y la gente que se esfuerza por elaborar vinos tintos, demostrando una vez más que Navarra es algo más que el mosto rosado. Los mostos negros de calidad son una realidad desde hace años en Navarra.Más de una vez hemos comentado que los vinos de calidad nacen en ese triángulo maravilloso en el que concurren terreno, clima y variedad de uva, pero siempre y cuando el componente humano sepa aclimatarse al entorno. En Bodegas Guelbenzu, la familia tiene claro que los tres elementos son sus aliados, en los vinos que elaboran en Navarra como en los nuevos proyectos de Vierlas (Aragón) y Chile.

Los responsables de la bodega tienen los pies en el suelo. Saben que los vinos deben cumplir los parámetros actuales de calidad sin dejar de ser la expresión del terroir y, a la vez, ofrecer el placer de degustarlos copa a copa. Vinos de Guelbenzu donde la fruta, elegancia y complejidad hablan de la labor del bodeguero para que disfrutemos descorchando sus caldos.

Para sus referencias de Navarra elabora unos tintos de variedades autóctonas como la garnacha y tempranillo con el aporte de esas foráneas que tan bien se han adaptado en Navarra: la cabernet sauvignon y la merlot. El resultado son unos mostos cargados de color, con cuerpo y estructura, largos de sensaciones y placer.

El Guelbenzu Vierlas de Aragón se elabora de un coupage de cinco variedades, donde la casta syrah y la garnacha dan frescor y melosidad a este mosto de dos meses de crianza.

La autóctona chilena carmenere y la cabernet sauvignon, completan el otro tinto de la casa que elaboran en tierras transandinas, un caldo joven sin crianza lleno de fruta y notas especiadas. La gama de vinos se completa con un blanco chardonnay también elaborado en Chile, un vino blanco aromático, fresco y graso.