Tribuna:TRIBUNA SANITARIA

Un pacto en beneficio de todos

En fechas próximas, la industria farmacéutica hará efectiva una nueva dotación al Fondo de Investigación Sanitaria previsto en el Pacto por la Estabilidad y la Innovación firmado con el Ministerio de Sanidad el 31 de octubre de 2001. Con esa aportación, los laboratorios farmacéuticos habrán contribuido con más de 112 millones de euros a financiar, en 2002, proyectos públicos de investigación sobre patologías de fuerte impacto social en campos como la Oncología, Neurología, Cardiología vascular, etcétera. La articulación de estos proyectos mediante redes de investigación, ha permitido irradiar ...

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En fechas próximas, la industria farmacéutica hará efectiva una nueva dotación al Fondo de Investigación Sanitaria previsto en el Pacto por la Estabilidad y la Innovación firmado con el Ministerio de Sanidad el 31 de octubre de 2001. Con esa aportación, los laboratorios farmacéuticos habrán contribuido con más de 112 millones de euros a financiar, en 2002, proyectos públicos de investigación sobre patologías de fuerte impacto social en campos como la Oncología, Neurología, Cardiología vascular, etcétera. La articulación de estos proyectos mediante redes de investigación, ha permitido irradiar las externalidades positivas de esa actividad investigadora a todo el Estado.

Por otra parte, la industria farmacéutica ha destinado más de 150 millones de euros a la realización de ensayos clínicos de nuevos medicamentos en hospitales repartidos por toda la geografía nacional. Esta fase del proceso de investigación de nuevos fármacos es imprescindible para que las Agencias del Medicamento autoricen su registro y comercialización. El compromiso asumido a este respecto por la industria farmacéutica en el pacto de 31 de octubre de 2001 ha constituido un factor decisivo para atraer a España la realización de muchos de estos ensayos clínicos en competencia con las filiales de las compañías multinacionales en otros países. De esta forma, los hospitales de las diferentes comunidades autónomas, sus colectivos médicos y científicos y, por supuesto, el conjunto de la sociedad, han podido beneficiarse del esfuerzo investigador de la industria, incrementando el nivel científico del país.

El pacto farmacéutico ha sido decisivo para atraer muchos ensayos clínicos hacia España
Un nuevo sistema de imagen permite elegir las zonas donde se aplica el tratamiento

Los compromisos en investigación de la industria farmacéutica se completan con el cumplimiento del último objetivo del pacto en este ámbito: dedicar 300 millones de euros a gastos intramuros en I+D farmacéutica, actividades que desarrollan en las instalaciones de los laboratorios farmacéuticos más de 3.000 personas a dedicación completa de altísima cualificación técnica y científica.

En resumen, la industria farmacéutica ha dedicado a investigación, en 2002, más de 560 millones de euros, cifra que representa el 11% de sus ventas de medicamentos al Sistema Nacional de Salud. De esta cantidad, aproximadamente la mitad (270 millones de euros) han revertido al circuito de investigación sanitaria pública, y el resto ha sido gestionado por los laboratorios dentro de sus instalaciones para financiar proyectos de investigación de nuevos fármacos que la sociedad demanda.

Por más que quiera obviarse, esta evidencia constituye un hito sin precedentes en la investigación sanitaria y farmacéutica desarrollada en España, y nos acerca a los parámetros de los países europeos que deben ser referente obligado para nosotros.

Esta realidad constituía el único objetivo del pacto firmado con el Ministerio de Sanidad a finales de 2001, cuyo cumplimiento era de responsabilidad exclusiva de la industria farmacéutica. Otra cosa es que la ligera superación en 2002 del límite máximo de crecimiento del gasto farmacéutico previsto pueda servir a algunos sectores de opinión para proclamar el fracaso del pacto; pero ello significa desconocer que tras el incremento del gasto farmacéutico, problema al que se enfrentan todos los países de la Unión Europea, se encuentran razones bien ajenas a la voluntad de la industria: universalidad de la prestación farmacéutica, envejecimiento demográfico, inmigración, gratuidad para el 75% del consumo, crecientes exigencias en la satisfacción de necesidades sanitarias, etcétera.

De este incremento de la demanda gasto se benefician el conjunto de la sociedad y los agentes del mercado farmacéutico, incluida la industria. Pero no puede ignorarse el esfuerzo que representa para los laboratorios farmacéuticos el cumplimiento de los com-promisos financieros asumidos con el Sistema Nacional de Salud en virtud del pacto y que, por cierto, están relacionados de forma directamente proporcional con el exceso de crecimiento del gasto público farmacéutico sobre el PIB.

En este sentido, hay que decir que los 112 millones de euros que la industria ha aportado al Fondo de Investigación Sanitaria, gestionado por el Instituto de Salud Carlos III, representan el 70% del valor de las ventas de medicamentos que han excedido del crecimiento del PIB, lo que equivale al 100% de su margen bruto de explotación (valor de la producción menos el coste de las materias primas y los medicamentos adquiridos terminados o semiterminados) más una cantidad adicional equivalente al 18% de dicho margen con cargo a sus resultados finales.

De esta forma, el margen de explotación de la Industria Farmacéutica por sus ventas a la Seguridad Social se ha incrementado sólo un 6% en 2002, es decir, 0,5 puntos menos que el crecimiento del PIB, de lo que se desprende una realidad muy diferente de la que pretenden transmitir quienes esgrimen el incremento del gasto farmacéutico (9,89% en 2002), del que la industria farmacéutica participa únicamente en algo más que un 60%, para denostar el Pacto de Estabilidad e Innovación por su supuesto desequilibrio a favor de los laboratorios.

Jorge Gallardo Ballart es presidente de Farmaindustria.

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