El fallecimiento de un hijo favorece la muerte precoz de los padres

Experimentar la muerte de un hijo aumenta la tasa de mortalidad de los padres, y son las madres las que tienen más tendencia a morir antes que los padres, según un estudio publicado en The Lancet por investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Los autores de este trabajo utilizaron datos de los registros de mortalidad daneses desde 1980 hasta 1996.

En el estudio, los aproximadamente 20.000 padres que habían experimentado la muerte de algún hijo fueron comparados con una población de control de 293.000 padres cuyos hijos estaban vivos. Tras hacer un seguimiento de esto...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Experimentar la muerte de un hijo aumenta la tasa de mortalidad de los padres, y son las madres las que tienen más tendencia a morir antes que los padres, según un estudio publicado en The Lancet por investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Los autores de este trabajo utilizaron datos de los registros de mortalidad daneses desde 1980 hasta 1996.

En el estudio, los aproximadamente 20.000 padres que habían experimentado la muerte de algún hijo fueron comparados con una población de control de 293.000 padres cuyos hijos estaban vivos. Tras hacer un seguimiento de estos padres durante un máximo de 18 años, se observó que las madres tienen un 40% más de riesgo de morir dentro de los 18 años después de la pérdida de un hijo, comparadas con las madres que no habían sufrido tal pérdida.

Esta asociación se hacía más notable en los tres primeros años después de la pérdida, en los que las posibilidades de muerte de la madre se multiplicaban por cuatro. Los padres, en cambio, aumentaban este riesgo de mortalidad tras la pérdida de un hijo en un 60%, en los primeros tres años.

Archivado En