Pharmacia lanza un plan para fabricar en los países pobres fármacos antisida baratos

El laboratorio cederá las licencias de un antirretroviral a empresas locales de genéricos

La multinacional farmacéutica Pharmacia presentó ayer un plan piloto para que los fármacos patentados puedan fabricarse a bajo coste en los 78 países más pobres del mundo. El laboratorio colaborará con la prestigiosa ONG holandesa IDA (Asociación Dispensario Internacional) para conceder licencias de uno de sus fármacos antisida, la delavirdina, a las empresas de genéricos que se comprometan a fabricarlos y suministrarlos en esos países. Pharmacia transferirá la tecnología a IDA, la mayor entidad no lucrativa dedicada a suministrar fármacos al Tercer Mundo.

La delavirdina (comercializada...

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La multinacional farmacéutica Pharmacia presentó ayer un plan piloto para que los fármacos patentados puedan fabricarse a bajo coste en los 78 países más pobres del mundo. El laboratorio colaborará con la prestigiosa ONG holandesa IDA (Asociación Dispensario Internacional) para conceder licencias de uno de sus fármacos antisida, la delavirdina, a las empresas de genéricos que se comprometan a fabricarlos y suministrarlos en esos países. Pharmacia transferirá la tecnología a IDA, la mayor entidad no lucrativa dedicada a suministrar fármacos al Tercer Mundo.

La delavirdina (comercializada por Pharmacia como Rescriptor) es uno de los fármacos más usados contra el sida, generalmente en combinación con otros medicamentos. Su autorización en los países occidentales data sólo de los últimos años noventa, y tiene la patente en plena vigencia. El coste de los actuales tratamientos antisida, que a menudo implican la toma diaria de dos o tres fármacos distintos, ronda los 6.000 o 9.000 euros por persona y año, un coste inabordable para los países en desarrollo. El tratamiento sólo con Rescriptor costaría unos 3.600 euros anuales.

El programa piloto para la delavirdina pretende convertirse en un modelo para cualquier otro fármaco con la patente vigente cuyo uso sea esencial en los países pobres, tal y como propuso ayer en la revista Lancet un artículo suscrito por Pharmacia, la IDA y la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard. El vicepresidente de Pharmacia, Michael Friedman, también presentó ayer el programa en la cumbre de Davos (Suiza).

El esquema propuesto es siempre el mismo: que los laboratorios concedan voluntariamente licencias a los fabricantes de genéricos que acuerden fabricar y suministrar los fármacos a bajo coste en los países en desarrollo. Estos fabricantes serán seleccionados por la IDA, una organización con 25 años de experiencia en el suministro de fármacos a los países en desarrollo.

Según los firmantes del artículo en Lancet, este tipo de programa no puede perjudicar a los laboratorios que cedan las patentes, puesto que los países en desarrollo, que serían los únicos beneficiarios de las licencias, sólo dan cuenta del 5,1% del mercado mundial de medicamentos.

La condición para que un país se pueda beneficiar del programa avanzado por Pharmacia es que no supere los 1.200 dólares de renta per cápita, o bien que tenga un índice de infección por sida superior al 1%. Los 78 países que cumplen estas condiciones suman una población de 3.800 millones de personas. Sólo en el África subsahariana hay 29,4 millones de personas infectadas por el virus del sida, y cada año se declaran 3,5 millones de nuevos contagios, según los últimos datos de Onusida, la agencia de Naciones Unidas dedicada a esta pandemia.

Pharmacia es uno de los principales laboratorios farmacéuticos del mundo, con más de 43.000 empleados. En julio del año pasado, la empresa firmó un protocolo que la conducirá, previsiblemente antes de mayo próximo, a ser absorbida por Pfizer, la mayor firma farmacéutica mundial.

El mes pasado, Estados Unidos bloqueó un acuerdo en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que debía permitir a los países en desarrollo violar las patentes de los fármacos vitalmente necesarios en las situaciones de emergencia sanitaria.

Este acuerdo no estaba destinado a la fabricación de genéricos por empresas locales, pero habría posibilitado a los países pobres importarlos de Brasil e India. Los países en desarrollo defendieron que el acuerdo afectara a cualquier enfermedad, mientras que Estados Unidos exigió limitarlo a una lista de 15 enfermedades infecciosas, que incluye el sida, la tuberculosis y la malaria.

El último número de la revista Lancet publica también un editorial titulado "¿Qué intereses protege la OMC?", en el que exige que este asunto se plantee de nuevo en el consejo general de la OMC que se celebrará en Ginebra los próximos días 10 y 11 de febrero. La iniciativa de Pharmacia puede sumar un nuevo ángulo a esa negociación.

Madre e hijo, ambos enfermos de sida, en su casa de Magomba (Suazilandia).ASSOCIATED PRESS

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