Un 22% de los órganos trasplantables se pierden por la oposición de las familias

El número de pacientes en lista de espera en Cataluña se mantiene en torno al millar

Cataluña mantuvo en 2002 uno de los índices de donaciones de órganos y de trasplantes más altos del mundo. Sin embargo, el número de pacientes en lista de espera para recibir un órgano, un millar, no descendió respecto al año anterior a causa, en gran medida, de la negativa de los familiares del potencial donante a ceder sus órganos para ser trasplantados. Según datos facilitados ayer por el Departamento de Sanidad, en un 22% de los casos en que hubiera sido posible hacer efectiva una donación, los órganos se perdieron porque la familia del fallecido se opuso.

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Cataluña mantuvo en 2002 uno de los índices de donaciones de órganos y de trasplantes más altos del mundo. Sin embargo, el número de pacientes en lista de espera para recibir un órgano, un millar, no descendió respecto al año anterior a causa, en gran medida, de la negativa de los familiares del potencial donante a ceder sus órganos para ser trasplantados. Según datos facilitados ayer por el Departamento de Sanidad, en un 22% de los casos en que hubiera sido posible hacer efectiva una donación, los órganos se perdieron porque la familia del fallecido se opuso.

Durante el año 2002 hubo en Cataluña 357 donantes potenciales (aquellas personas que, por las circunstancias clínicas de su muerte, son consideradas aptas para la donación). Sin embargo, esta cifra se redujo a 234 (número de donantes reales), ya que en un 22% de los casos los familiares expresaron su negativa a ceder los órganos del fallecido. En total, se perdieron por este motivo 78 de las potenciales donaciones del año pasado.

Esta circunstancia "impidió llevar a cabo un número importante de trasplantes que hubieran permitido salvar o mejorar la vida de muchos pacientes", advirtió ayer el Departamento de Sanidad. El director de la Organización Catalana de Trasplantes, Jordi Vilardell, recordó que España es el país con el índice de donantes de órganos más elevado del mundo, pero alertó sobre esta circunstancia: "No nos permite ser excesivamente optimistas porque todavía existe un déficit de órganos".

Vilardell hizo un llamamiento a los ciudadanos a expresar en vida su deseo de donar sus órganos. La ley vigente establece que todo ciudadano es un donante potencial si no expresa lo contrario en vida a sus familiares, amigos, ante notario o en un documento, que puede ser el del testamento vital o el carné de donante, entre otros. "En la práctica nos encontramos con que cuando preguntamos a las familias si desean dar los órganos de un allegado fallecido, éstas suelen dar una respuesta negativa", lamenta Vilardell, quien admite entender en parte la postura de estos familiares en unos momentos muy delicados para ellos.

Donantes de más edad

Además de la oposición de las familias -una postura excesivamente generalizada, según Vilardell-, las autoridades sanitarias advierten de otro obstáculo en la donación de órganos para trasplante: el aumento de la edad de los donantes que se registra desde hace algunos años, lo que va asociado a un incremento de patologías que en muchos casos impiden hacer efectiva la donación de todos o de algunos de los órganos de la persona fallecida. Por contradicciones médicas se invalidaron el año pasado 44 donaciones, lo que representa un 12,3% de las donaciones potenciales. "Actualmente", dijo Vilardell, "se extraen y se trasplantan menos órganos de un mismo donante". Durante el año 2002, la edad media de los donantes superó los 50 años.

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El elevado índice de familias que se niegan a donar los órganos de sus allegados fallecidos, junto al envejecimiento de los donantes, impidieron que descendiera en 2002 el número de pacientes en lista de espera para recibir un órgano. En total, 989 personas aguardaban un órgano a fecha de 31 de diciembre del año pasado. La gran mayoría de ellos, cerca de 800, esperaban un riñón. Un centenar de personas estaba pendiente de recibir un hígado, 25 un corazón, 32 un pulmón y 41 esperaban ser sometidas a una operación de trasplante de páncreas.

A lo largo del año, en los distintos hospitales catalanes autorizados se efectuaron un total de 681 trasplantes de órganos, una cifra similar a la del año anterior que mantuvo a Cataluña como la comunidad más activa en este tipo de intervenciones.

Según las cifras de Sanidad, en Cataluña se efectuaron 57 trasplantes renales -los más comunes- por cada millón de habitantes, una tasa casi 10 puntos superior a la registrada en el conjunto de Cataluña, de 48 intervenciones por millón de habitantes. En el caso de los trasplantes hepáticos, la tasa en Cataluña se situó en el 31,4 por millón de habitantes, frente al 24,7 registrado en el conjunto de España. "El número de trasplantes realizados el año pasado supuso una actividad muy importante y situó a Cataluña, un año más, como referente dentro del Estado español", afirma Sanidad.

Según el director de la Organización Catalana de Trasplantes, Jordi Vilardell, Cataluña es también pionera en la utilización de técnicas alternativas para realizar trasplantes. Entre ellas, Vilardell destacó los trasplantes de riñón e hígado procedentes de donantes vivos, de los que se realizaron 19 y 13 intervenciones respectivamente.

El trasplante hepático de donate vivo se realiza a partir de un trozo del hígado de la persona donante. La primera intervención de este tipo en España se hizo en Cataluña hace dos años. Otra de las intervenciones innovadoras ha consistido en el trasplante de dos riñones (habitualmente basta con uno) a un paciente con insuficiencia renal. Esta medida se toma cuando el donante es una persona de edad avanzada y se teme que un solo riñón no baste al receptor para restablecer su sistema renal.

En los hospitales catalanes se han realizado un total de 16 intervenciones de este tipo, lo que representa el trasplante de 32 riñones.

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