El PP ventila las 1.166 enmiendas a su Ley de Calidad a un ritmo de 53 segundos cada una

A toda velocidad: 1.166 enmiendas en 17 horas y 10 minutos. La Comisión de Educación tramitó la Ley de Calidad, la reforma educativa más importante del PP, acelerando al máximo los trámites y dedicándole una media de 53 segundos por enmienda. Más rápido aún que en la polémica Ley de Universidades. La Junta de Portavoces del Congreso, además, fue convocada de forma totalmente inusual en un viernes por la tarde para poder incluir la Ley de Calidad en el pleno del próximo jueves. El PP sostiene que esta celeridad es la única manera de garantizar que la norma esté aprobada antes de que acabe el añ...

A toda velocidad: 1.166 enmiendas en 17 horas y 10 minutos. La Comisión de Educación tramitó la Ley de Calidad, la reforma educativa más importante del PP, acelerando al máximo los trámites y dedicándole una media de 53 segundos por enmienda. Más rápido aún que en la polémica Ley de Universidades. La Junta de Portavoces del Congreso, además, fue convocada de forma totalmente inusual en un viernes por la tarde para poder incluir la Ley de Calidad en el pleno del próximo jueves. El PP sostiene que esta celeridad es la única manera de garantizar que la norma esté aprobada antes de que acabe el año. En el trámite de ayer sólo se aceptaron 20 modificaciones de otros partidos.

Los socialistas, indignados con las prisas del PP, sostienen que este partido quiere quitarse de encima cuanto antes un debate que 'le desgasta' porque se ha quedado completamente solo, ya que ni siquiera puede contar con sus tradicionales socios de Convergència i Unió. De hecho, y en protesta por esta actitud de los populares, PNV, Izquierda Unida y el Grupo Mixto han abandonado la comisión. La secretaria de Educación del PSOE, Carme Chacón, acusó directamente a la ministra, Pilar del Castillo, de 'burlarse del Parlamento'.

Llueve sobre mojado, porque esta misma polémica por el atropellado trámite parlamentario ya se vivió con la Ley de Universidades, la otra gran reforma educativa. Entonces la comisión llegó a alargar sus trabajos hasta las cuatro de la madrugada para acelerar plazos. Aunque la Ley de Calidad ha batido el récord de segundos por enmienda.

El portavoz del PP, Juan Carlos Guerra Zunzunegui, sostiene que este acelerón era la única manera de aprobar la ley antes de final de año. Y ése es un objetivo prioritario del Gobierno, recuerda. Insiste en que el debate ha durado seis meses, porque el primer borrador, aunque no llegó al Parlamento, se conoció en marzo. Acusa además a la oposición, especialmente a los socialistas, de 'filibusterismo parlamentario' por colocar muchas enmiendas sólo para entorpecer el trabajo y poder decir que el rodillo del PP no permite debatirlas.

Lo cierto es que la oposición está frustrada. Marisa Castro, de IU, dice que las enmiendas representan el trabajo y la opinión de representantes cualificados de los colectivos afectados, a los que se les ha faltado al respeto. Recuerda que la oposición a esta norma suma, entre todos los partidos, más votos que los del PP -la Ley D'Hont permite que los populares tengan la mayoría absoluta aunque la suma de sus votos no signifique más de la mitad del total-.

La velocidad a la que se está tramitando esta Ley no es normal. De las orgánicas, sólo la Ley de Universidades se le puede comparar. Lo normal, hasta que una norma sale hacia el Senado, son tres o cuatro meses. Con ésta se logrará en menos de dos. La comisión ha trabajado a destajo. En tres días tuvo que escuchar a 23 comparecientes. Y ha tenido 17 horas y 10 minutos, en dos días, para ver las 1.166 enmiendas. En 1983, una ley de similar importancia, como la del Derecho a la Educación, tuvo más de 100 horas de debate. Incluso normas mucho menos importantes gestionadas por el mismo ministerio, como la de formación profesional, tuvieron mayor recorrido parlamentario: casi cuatro meses.

Al final, el PP ha aceptado 20 modificaciones de Coalición Canaria, CiU y PSOE del total de 1.166 presentadas. Además, prácticamente todas son concreciones de redacción y mejoras técnicas. Pero esta rocambolesca situación de los 53 segundos por enmienda se repetirá el próximo jueves, ya que todas ellas permanecen vivas y deberán votarse, agrupadas y con gran complicación técnica, por todos los diputados.