La UE, incapaz de resolver el coste de la ampliación hasta que se reúnan Schröder y Chirac

Los pagos agrarios de los países candidatos se convierten en el obstáculo más espinoso

Los ministros de Exteriores de los Quince no lograron ayer en Luxemburgo ningún avance significativo sobre la factura de la ampliación, el problema que tendrán que abordar los jefes de Estado o de Gobierno en la cumbre de Bruselas el jueves y el viernes próximos. Horas antes de la cumbre, el canciller, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, mantendrán una reunión previa aparte, porque sólo el acuerdo de los dos grandes países de la Unión, enfrentados en ese terreno, facilitaría el pacto con los demás.

Las posibilidades de alcanzar un acuerdo en el capítulo más enreda...

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Los ministros de Exteriores de los Quince no lograron ayer en Luxemburgo ningún avance significativo sobre la factura de la ampliación, el problema que tendrán que abordar los jefes de Estado o de Gobierno en la cumbre de Bruselas el jueves y el viernes próximos. Horas antes de la cumbre, el canciller, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, mantendrán una reunión previa aparte, porque sólo el acuerdo de los dos grandes países de la Unión, enfrentados en ese terreno, facilitaría el pacto con los demás.

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Las posibilidades de alcanzar un acuerdo en el capítulo más enredado, el de los pagos directos a los agricultores de los países candidatos, eran tan escasas que incluso los ministros se negaron a abordar la cuestión. 'Optaron por quedarse en silencio', dijo uno de los asistentes a la reunión. 'Nunca existe un avance real hasta el final, que será el último día de la cumbre', admitió de antemano la ministra sueca, Anna Lindh.

Alemania, apoyada por Holanda, Suecia y Reino Unido, desea a toda costa rebajar esos pagos directos, pese a que la Comisión propone que sólo les pague a los candidatos en 2004 un 25% (977 millones de euros) de lo que les correspondería si estuvieran en la UE con todas sus consecuencias. El porcentaje subiría paulatinamente, y sólo en 2013 recibirían el 100%. En el lado opuesto, Francia, con el apoyo total de España, los dos países más beneficiados de esos pagos directos (en 2001 se llevaron 10.300 millones de un total de 28.000), quieren que los Quince dejen clara pervivencia en el futuro de esos fondos.

El ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, descubrió ayer en Luxemburgo alguna clave. Contó que, en el encuentro que Schröder y Chirac mantuvieron a comienzos de mes, 'Chirac se mostró comprensivo con los esfuerzos económicos de Alemania en la UE, mientras Schröder también comprendió la relación francesa con la PAC (política agrícola común)'. O sea, que París es sensible a los problemas económicos que sufre el país que más paga a la UE y a su deseo de no poner un euro más pese a la entrada en el club de 10 socios pobres, mientras Berlín tendrá en cuenta que los agricultores franceses seguirán percibiendo ayudas, aunque en menor cuantía para dar más a los países del Este.

'Pero la PAC no se debe cambiar hasta 2006', advirtió De Villepin. Ésa será probablemente una parte importante del posible acuerdo: olvidar la propuesta de la Comisión para modificar parcialmente la PAC en 2004, a cambio de que Francia acepte contar con menos fondos a partir de 2006. Demostró así el ministro francés que no se respeta el principio oficial de 'no mezclar la ampliación con la revisión de otras políticas', como recordó ayer la ministra española, Ana Palacio. Pero aún insinuó De Villepin algo peor: una 'disciplina presupuestaria más estricta en todos los terrenos', lo que se interpretó como una futura rebaja de todos los fondos europeos. Si París y Berlín pactan algo en esa línea, las iras de España, Grecia o Portugal estarán aseguradas.

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Cumbre de Bruselas

'Hay voluntad para lograr un acuerdo', señaló el ministro francés. Es precisamente 'voluntad política' lo que pidió a todos Per Stig Moeller, ministro de Exteriores de Dinamarca, que presidió la reunión de ayer y advirtió de que, aunque no lo cree necesario, la cumbre de Bruselas se prolongará hasta alcanzar un acuerdo.

Fue esa voluntad la que se detectó ayer en los representantes de los Quince, pero justamente para reducir la factura, conceder menos ayudas a los nuevos socios o imponerles condiciones leoninas. Alemania, por ejemplo, propuso rebajar de 25.000 millones a 21.400 los fondos regionales para esos países entre 2004 y 2006. Holanda abogó por ampliar el periodo (dos años después de entrar en la UE) durante el que se les puede aplicar a los nuevos socios cláusulas de salvaguardia, aunque no aludió a su deseo, planteado la pasada semana, de permitir que cualquiera de los Quince pueda vetar a cualquiera de los candidatos.

Uno de los pocos acuerdos logrados ayer consistió en que los nuevos países de la Unión podrán recibir a cuenta adelantos de los fondos regionales para que así resulte más baja la compensación que habrá que dar a cinco países (Eslovenia, Malta, Chipre, Hungría y República Checa) para que no sean contribuyentes netos desde el primer día de su incorporación. 'Serán dos o tres euros por ciudadano europeo', precisó Ana Palacio.

Los Quince alcanzaron también acuerdos en el reajuste del reparto de poder en el Consejo y en la Eurocámara tras la ampliación, porque el pactado en Niza se hizo sobre incorporación de 12 países, pero de la lista cayeron después Rumania y Bulgaria.

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