La UE retrasa las sanciones por la 'guerra del acero' otra vez

El impacto del arancel estadounidense es mínimo, según Bruselas

La Comisión Europea propuso ayer a los Estados miembros esperar hasta el otoño para activar el mecanismo de sanciones por la llamada guerra del acero, y no desde el 1 de agosto como estaba previsto. Con éste, son ya cuatro los retrasos en la toma de represalias contra la política de Washington de poner trabas al acero europeo. Bruselas asegura además que 'el impacto de los aranceles ha sido mínimo'.

Con esta medida, la Unión Europea ha renunciado prácticamente a aplicar sanciones contra Estados Unidos en la guerra del acero antes de que se pronuncie la Organización Mundial...

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La Comisión Europea propuso ayer a los Estados miembros esperar hasta el otoño para activar el mecanismo de sanciones por la llamada guerra del acero, y no desde el 1 de agosto como estaba previsto. Con éste, son ya cuatro los retrasos en la toma de represalias contra la política de Washington de poner trabas al acero europeo. Bruselas asegura además que 'el impacto de los aranceles ha sido mínimo'.

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Con esta medida, la Unión Europea ha renunciado prácticamente a aplicar sanciones contra Estados Unidos en la guerra del acero antes de que se pronuncie la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la legalidad del arancel estadounidense. Los ministros europeos de Asuntos Exteriores tienen que aprobar formalmente el lunes la recomendación de Bruselas.

Éste será el cuarto aplazamiento en la aplicación de las represalias y el definitivo. Primero se habló de sancionar a EE UU desde el 18 de junio. Después se retrasó la decisión al 3 de julio y los Quince suspendieron la reprimenda hasta el 1 de agosto, aunque dejando la puerta abierta a un nuevo aplazamiento para octubre en función del daño que estuviera sufriendo el sector siderúrgico por el cierre del mercado estadounidense y de las ofertas compensatorias que hiciera EE UU antes del 19 de julio.

Ayer mismo, en el último minuto, Washington ofrecía un nuevo paquete de exclusiones al arancel del acero norteamericano que eleva las concesiones a la industria europea hasta los 290 millones de euros (420.000 toneladas). Con la nueva oferta en la mano, Bruselas propuso ayer a los representantes de los Quince dejar más tiempo a la Administración Bush para completar el paquete de compensaciones. 'Estamos poniendo sobre la mesa lo que creemos que va en línea con los intereses europeos', declaró el portavoz de Comercio.

La Comisión Europea opta por mantener abierta la vía del diálogo hasta el 30 de septiembre, día de la primera reunión de los ministros de Exteriores después del verano, y evitar dar el cerrojazo con las represalias a la negociación. 'No queremos hacer volcar el proceso', concluyó. Bruselas reconoce que las exclusiones ofrecidas son 'insuficientes' pero, como advirtió el director general de Comercio, Peter Carl, 'todo el mundo sabe cuál hubiera sido la reacción patriótica a las sanciones'.

No obstante, Carl aseguró que hasta ahora 'el impacto de las restricciones estadounidenses para las exportaciones europeas ha sido mínimo', y que el principal efecto de los aranceles ha sido una subida del 80% en el mercado estadounidense.

Las dudas están ahora en la capacidad de presión europea. Como dijo Carl, lo que está llevando a EE UU a ser más flexible ahora es la fortaleza del euro. De hecho, el anuncio de las exclusiones coincide con la pérdida de valor del dólar. El efecto combinado de aranceles y de la inflación en las importaciones por el debilitamiento del dólar está poniendo muy caro el acero que necesita su industria para recuperarse después de la crisis, y Washington se ve obligado 'a soltar lastre'

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