El desierto de Mercabarna

Paro total en el centro mayorista, mientras en los peajes los servicios mínimos no pueden evitar las colas

Mercabarna, con sus casi 900.000 metros cuadrados de superficie, se convirtió ayer en un auténtico desierto. En este centro estratégico, que reúne toda la gama de oferta mayorista de productos perecederos (carne, pescado, fruta y flores), el seguimiento de la huelga fue absoluto. En los peajes, otro punto estratégico, el paro fue secundado también al 100%, según los sindicatos -ACESA no pudo ofrecer datos-; sólo se cumplieron los servicios mínimos y en algunos momentos las colas obligaron a levantar barreras para agilizar el tráfico. En las gasolineras, apenas el 1% de trabajadores hizo huelga...

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Mercabarna, con sus casi 900.000 metros cuadrados de superficie, se convirtió ayer en un auténtico desierto. En este centro estratégico, que reúne toda la gama de oferta mayorista de productos perecederos (carne, pescado, fruta y flores), el seguimiento de la huelga fue absoluto. En los peajes, otro punto estratégico, el paro fue secundado también al 100%, según los sindicatos -ACESA no pudo ofrecer datos-; sólo se cumplieron los servicios mínimos y en algunos momentos las colas obligaron a levantar barreras para agilizar el tráfico. En las gasolineras, apenas el 1% de trabajadores hizo huelga, aunque la actividad fue mínima debido a la caída del tráfico.

- Ni un alma en Mercabarna. Mercabarna parecía ayer un pueblo fantasma. A las 12.00, en la hora habitual de máxima actividad del mercado de la fruta, apenas se registró tráfico de mayoristas y compradores. La mayoría de pabellones estaban totalmente vacíos. Ante tal situación, los pocos trabajadores que había se las ingeniaban para pasar el rato; incluso algunos convirtieron una de las naves en un enorme campo de fútbol para amenizar las horas de inactividad. 'Así matamos el aburrimiento; hoy no hay ningún trabajo', comentó uno de los cargadores. En los aparcamientos, los camiones de los transportistas y las furgonetas de los comerciantes, que habitualmente abarrotan las instalaciones, habían desaparecido. En su lugar, había únicamente los coches particulares de algunos dueños de los puestos que aprovecharon el día para agilizar tareas administrativas. 'Hemos venido a poner al día algunos papeles, pero nada más', explicó uno de los mayoristas. Mercabarna suele tener un tráfico de unos 13.000 vehículos; ayer, sin embargo, entraron muchos menos debido a que los compradores avanzaron sus encargos días antes. La dirección explicó que el miércoles hubo una circulación de 15.421 vehículos, es decir, casi 2.500 más de lo habitual. Además, en el mercado de la fruta los pedidos se duplicaron ese día y si habitualmente se venden cinco millones de kilos, ese día fueron 10 millones.

'Jugamos al fútbol para matar el aburrimiento; hoy no hay ningún trabajo'

- Peajes sin barreras. 'Los servicios mínimos se han cunplido con normalidad, pero ha habido momentos en los que no hemos podido con las colas de coches y nos hemos visto obligados a levantar las barreras', explicó un trabajador del peaje de Martorell, aspecto que saludó de forma desenfadada un portavoz de la Declaración de Gelida, a favor de suprimir peajes en Cataluña. A pesar de este levantamiento de barreras y de que el paro se siguió, según los trabajadores, al 100%, el tráfico se redujo ayer notablemente y eso facilitó el trabajo. El Grupo Acesa Autopistas señaló que la jornada transcurrió con normalidad gracias a que el tráfico de camiones, por ejemplo, fue mínimo. 'Si se forman colas, es porque los trabajadores en el peaje son menos, pero no porque haya más tráfico', ratificó Miguel F., uno de los mossos encargado del control en Martorell. 'Muchos [camiones] no han salido y gran parte se dirigen a Francia directamente, sin parar en Mercabarna, porque saben que no hay actividad allí', añadió.

- Gasolineras vacías. Fueron muy pocos los que secundaron la jornada de paro en otro sector estratégico, las gasolineras. 'Han abierto todas, sin excepciones', afirmó taxativo Albert Campabadal, secretario de la Agrupación Catalana de Asociaciones de Estación de Servicio.

Sin embargo, los operarios no tuvieron mucho trabajo. El miedo a que cerraran llevó a muchos conductores a llenar sus depósitos el miércoles. 'Además, al no haber transporte público ni de mercancías, la actividad en las gasolineras ha sido muy escasa', explicó Campabadal.

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