ELECCIONES EN COLOMBIA

Las FARC no liberan a la candidata secuestrada

La familia de la candidata presidencial Ingrid Betancourt, de 40 años, secuestrada el pasado 23 de febrero por las FARC, votó ayer en su nombre. La candidata del Partido Verde Oxígeno apenas alcanzará el 1% por ciento. Su esposo, Juan Carlos Lecompte, y su madre, Yolanda Pulecio, que ayer se confesó 'con el alma partida', desarrollaron una doble campaña: buscando su liberación y el mayor número de sufragios.

'Las FARC están en una guerra (...). En el fondo las entiendo, lo que no entiendo es a los medios de comunicación. ¿Por qué le hacen el juego a la guerrilla? La guerrilla cogió a un...

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La familia de la candidata presidencial Ingrid Betancourt, de 40 años, secuestrada el pasado 23 de febrero por las FARC, votó ayer en su nombre. La candidata del Partido Verde Oxígeno apenas alcanzará el 1% por ciento. Su esposo, Juan Carlos Lecompte, y su madre, Yolanda Pulecio, que ayer se confesó 'con el alma partida', desarrollaron una doble campaña: buscando su liberación y el mayor número de sufragios.

'Las FARC están en una guerra (...). En el fondo las entiendo, lo que no entiendo es a los medios de comunicación. ¿Por qué le hacen el juego a la guerrilla? La guerrilla cogió a una candidata presidencial y la metió en un hoyo profundo, y ellos están echándole más tierra a ese hoyo'. En el hoyo sigue, y fueron inútiles las gestiones su madre ante el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien ofreció su mediación, o el viaje a México para entrar en contacto telefónico con Marcos Calarcá, uno de los representantes internacionales de las FARC.

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'No entiendo por qué el país está paralizado frente a este horror del secuestro. ¿Por qué el país es tan olvidadizo y no reacciona, no hay movilizaciones? Estamos agobiados y miedosos, y nos hemos vuelto egoístas', reitera Yolanda Pulecio. Los familiares de las 1.300 personas todavía secuestradas también reclaman la atención del mundo. Más de 3.000 son privadas de libertad cada año.

Ingrid Betancourt adquirió cierta popularidad repartiendo condones en las calles de Bogotá en 1994, año en que fue elegida congresista con el mayor número de votos. Temperamental, denunció la corrupción imperante, y, poco antes de ser secuestrada, regresó a las calles de la capital repartiendo píldoras de Viagra. Definitivamente, Colombia parece obligada al alzamiento contra una plaga que arruina, aterroriza y acentúa la impotencia de la mayoría de sus habitantes.

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